martes, 5 de febrero de 2008
Los crímenes de Peumayen
Jueves 31 de enero, Teatro Principal de Zaragoza. Ismael Serrano nos invita a Peumayen, una ficticia ciudad portuaria en la que compartir historias cotidianas a lo largo de casi tres horas. Quizá no sea el mejor compositor, lo reconozco, pero sí uno de los mejores escritores y oradores de este país. Cada historia y cada canción son pura literatura. Y sobra decir que entrevistarlo fue otro sueño cumplido.
Pero en fin, como no quiero que esto se convierta en uno de esos post en los que convergen una serie de críticas y puñales a los respetables gustos musicales de cada cual, me centraré en la situación.
Palco, nos faltaba el monóculo o los prismáticos para simular que estábamos en la ópera. A un lado, mi jefe supremo y su esposa (casualidades de la vida, no fue intencionado). A otro, Sonia llorando a mares sin ton ni son y sin saber por qué. Le faltaba la peineta para ser la Pantoja aquel 26 de septiembre en el que un toro bravo acabó con Paquirri, en serio. Y al lado de Sonia desconsolada, la clásica “jode-conciertos”. ¿Por qué en todo concierto existe alguien dedicado única y exclusivamente a hacerse oir por encima del protagonista de la noche?
¿Te sabes las canciones? Hey, enhorabuena por tu encomiable habilidad para memorizar las letras, característica que posee el 90% del aforo. Pero, ¿de verdad es necesario que nos tortures con tu despreciable forma de… ¿cantar?? ¿Es necesario que haya momentos en los que sólo te pueda escuchar a ti? ¿Es necesario que me guarde las ganas de pegarte un codazo en la nuez y callarte para siempre?
Desde este espacio virtual, hago un llamamiento a todos aquellos expertos en joder conciertos con voces discordantes: ¡DESISTID, POR PIEDAD! No sois estrellas, pero os pueden estrellar, sobre todo desde un palco. Tenedlo en cuenta.
Qué violenta soy, ¿no? Serán las hormonas, no me lo tengáis en cuenta.
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3 comentarios:
¡AY! ¡QUÉ PENA DE PAQUIRRI! Yo no lo achaco a las hormonas, porque entonces a mí no me hubiera puesto frenética... Esa manera de berrear no sólo no me hizo llorar más y más hasta agotar los "mukizati" (¿es así?), sino que me cortó el lagrimeo y me hizo sufrir de un ataque de violencia incontrolable... La hubiera matado!!!!!!! Lo juro!!!!! Como a Jesús la madrugada de las croquetas!!!!!
Por lo demás, aparte de un incomodísimo asiento en el que no me cabían las piernas (por lo largo, no por lo ancho, que ya sé lo que va a comentar aquí la miaumiau...), fue cojonudisísísísímo el concierto.
Por cierto, gatopardo, esta noche boys para celebrar Santa Águeda, ¿no? Ya sabes, con fines meramente periodísticos...
mukizapi!!!! jajajajajaajaj
q cabronas mientras vosotras estais con los boys yo estaré viendo la tele con mi perrita
CABRONAS
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