viernes, 1 de febrero de 2008

PEDRITO EN LA NIEBLA

Eyyyyy, tenía ganas de volver a escribir, pero es que lo vas dejando de un día para otro… En fin, hoy os quería escribir algo que no es muy propio de mí: teorizar.

Tengo una teoría que es muy dura de asumir, la de “a los 25 años se acaba el mundo”. Y, es verdad, amigotes, a los 25 todo va a ir a peor. Te haces más viejo, más gruñón y más decrépito. Antes que nada, quiero aclarar que esta tesis no es mía, sino que se la he copiado a un “gurú de negocios”. Os explico la teoría:

En la época de las cavernas, la edad media a la que moría la gente eran ¡¡¡ 25 años!! Era un mundo lleno de peligros y baja calidad de vida. Salías de la cueva y corrías el riesgo de que te atacara un oso. Ibas a lavar al río y se te comía un mamut.

Ahora, gracias a la civilización, la tecnología y, sobre todo, a los grandes avances de la medicina, hemos conseguido vivir más tiempo… ¡¡¡pero seguimos rigiéndonos por los mismos parámetros biológicos!!!

Es decir, aunque estemos en pleno siglo XXI, al igual que el hombre de las cavernas, nuestros máximos anhelos siguen siendo comer, domir y pillar cacho. Y, efectivamente, nuestro cuerpo sigue aportándonos atractivo y bienestar, pero sólo hasta los 25. Entonces, nuestro legendario organismo, que nunca ha estado listo para vivir más de 25, envejece, nuestro cerebro se solidifica y nuestro atractivo desparece.

Por eso, ¡¡¡¡¡hay que vivir el momento!!! ¡¡¡Todo va a ir a peor!!!! Y, sobre todo, ¡¡¡¡Hay que tratar de ganar la partida a la biología y luchar por mantenerse!!!! Luchar por mantenerse quiere decir hacer deporte, leer y “meterla en húmedo”. Y, siguiendo esa teoría, es como a mí me ocurrió la historia que os voy a relatar.

Me encontraba yo en la sauna, o, mejor dicho, en el baño turco (que es como una sauna pero con vapor y que te abre los poros de la piel para evaporarte las impurezas). Reconozco que el baño turco puede llegar a tener morbo. Sobre todo, cuando es mixta, como es el caso.

Pero ese día que estaba yo en el baño turco, no me entró precisamente una sueca… no, no, no. En su lugar, entró en un maromo de dos metros, ancho como un armario, con barba en plan “Leónidas” y con bañador de esos de lucir paquete. Entra el tío y se sienta a mi lado.

Yo, de entrada, me encontré incómodo (quizá fuera envidia debido a su fornida figura). El tipo, al que llamaré Manolito, se pone a mi lado y empieza a jadear de calor. AAAAAJJJJ… AAAAJJJJ. (CONTINUARÁ)

5 comentarios:

ne dijo...

k ilusión tu comentario en mi blog!!!!

te diré, yo k he pasado los 25, k como el cuerpo deja de preocuparse de sobrevivir y de ser atractivo, puedes disfrutar de una mente más clara, un cuerpo pa disfrutar y no para "endietar" y un sueño muy reparador

ánimo con lo k te keda de los 24, en breve disfrutarás de lo weno

y el baño turco no es sugerente, k as

ne dijo...

k asco, kería decir!

muak

nerea dijo...

yo voy a cumplir los 26 y creo q josemi tiene razón. creo q los 25 han sido los peores de mivida y nerea yo sigo haciendo dieta

Sonia dijo...

Las dietas... por el culo te las metas!!!

Virginia dijo...

Gracias Josemi, en nombre de los que tenemos 26 y ahora estamos más hechos polvo