jueves, 30 de agosto de 2007

La publicidad, ese extraño invento


En un blog compuesto en su mayoría por miembros de Comunicación Audiovisual y Periodismo, aunque abierto amistosa y diplomáticamente a la tercera escisión de la Licenciatura en Comunicación: Publicidad y Relaciones Públicas; este post puede parecerles ofensivo. Tal vez no aprecio en su medida el grado de esfuerzo y trabajo creativo que hay detrás de la creación de un anuncio. Pero seamos claro: aunque en una noticia, una película o un artículo, hayan trabajado un ejercito de profesionales de renombre; si son malos, son malos. Si son horribles, son horribles. Y si realmente son de risa, cuando su finalidad no es hacer reír, tenemos un problema.
Me gustaría hacer un histórico en los anuncios de pañales y productos de limpieza infantil. Todavía no he descubierto cuál es la razón para que un hipopótamo azul fuera la imagen que impulsaría las ventas de pañales. ¿Hay alguna razón para que identifiquemos un hipopótamo con un color tan impropio de su especie, con un mecanismo para que los niños que todavía no han aprendido a controlar sus procesos biológicos no vayan embarrando y remojando los suelos de nuestra casa, nuestra ropa recién limpiada, nuestros apreciados muebles, nuestras alfombras? ¿Al final la historia resolverá este anuncio como el primero de una larga serie de discriminaciones zoociales hacia el reino animal? La publicidad de productos infantiles están llenas de atrocidades, como un bebé de un año que mirando a cámara, hablaba sobre las increíbles propiedades del jabón Sanex con un movimiento de boca (dicen que digital) más siniestro que el del muñeco diabólico (“me deja la piel suave como el culito de un bebé”… ¡¡¡Vade retro Satanás!!! ¡¡¡Sal de él, tómame a mí!!! Bueno no… prefiero quedarme con una piel más áspera que el papel de lija que convertirme en la Semilla del diablo). [Seguiremos por este ámbito, pero otro día].
Siguiendo con las animaladas en la publicidad. Y es que los cándidos miembros de nuestra fauna se han convertido en el objetivo fácil de los anuncios. Víctimas impropias de ridiculizaciones, descalificaciones, improperios, y haciéndoles caer en una espiral de vicio y droga que acabe con su carrera profesional.
¿O no nos acordamos de ese pobre guepardo y toda su legión de criaturas a su servicio que se ponían ciegos con Schweppes? Agua con gas y un toque “salvaje” de limón. Básicamente dedicaron una campaña de años a provocar la aerofagia de leones, cocodrilos, monos, jirafas y el consabido guepardo, a base de cubatazos de gaseosa. Luego se demostraría que el metano emitido por los animales perjudicaba a la capa de ozono. Una verdad incómoda que hizo que los publicistas pasasen del “qué animales más cucos” a “los cabrones del cambio climático”.

¿O no nos acordamos de la dulce vaca que rie? Una sonrisa con más misterio que la de la Mona Lisa y que tantos ríos de tinta se ha desperdiciado en especulaciones hacia cuál puede ser el motivo para que un animal tan inexpresivo como una vaca pudiera lucir una sonrisa de oreja a oreja. Algo se comenta de un Miura que pasaba por allí, pero no tengo pruebas.
Y qué decir de las víctimas a costa de Kellogs: una adicción irremediable a los esteroides por parte de Frostie, el único tigre al que le gusta el baloncesto; a las pastillas de extasis en el caso de Smacks (¿habéis visto qué cara?); la adicción al chocolote del candido mono atleta de los Chococrispies, cuyo consumo le supuso la retirada y ruina del ámbito deportivo(peor destino tuvo el perro de Chocapic, visiblemente adicto al speed, que cada vez que se metía una sólo de sus cereales acababa alucinando y saltando hasta el cielo gritando como un poseso ‘Chocapiiiiiiiiiiiiiiiic’). El que mejor parado ha salido de toda esta historia ha sido el gallo de Cornflakes, pero a costa de un reciente cambio de imagen, para darle un look más juvenil, que ni “Cambio radical”.


Pero el último anuncio que he visto, ahí señores está el acabose. Un anuncio es machista, y se borra. Un anuncio es racista, y se borra. Un anuncio es una mierda, y la empresa rompe el contrato con la agencia de publicidad. Yo propongo que si un anuncio es zoocista, se promueva su cancelación, mediante la formación de la Asociación por la Dignidad en el Reino Animal [que luego podría escindirse en cebras unidas, una especie que es doblemente marginada, tanto por ser negras como por ser blancas… JAJAJAJAJAJA Chiste malo. Es mio, es mio]. Porque si todo comenzó con un hipopótamo que vendía pañales, sigue ahora con una rana que, a ritmo de batuka y rodeado de niños que se contonean al mismo compás, se limpia el culo con unas toallitas Candoo. ¿A dónde hemos llegado? ¿Es que no hemos aprendido nada? ¿Hemos variado nuestra cruel vertiente racista hacia una discriminación hacia los inocentes e iguales en derechos ante la ley, como son los animales, hasta el punto de denigrarles a limpiarse el culo ante una audiencia de millones, forzándole a poner una sonrisa de satisfacción y placer al restregarse la toallita entre las nalgas porque “me sé limpiar el culo solo, ¡qué limpio me lo dejo!”.

Es lo que pasa cuando el star-system de Hollywood hace creer falsamente a todos los animales que pueden llegar al éxito de “El Rey León” o ser actores clásicos, que rivalizan con Humprey Bogart e Ingrid Bergaman en ‘Casablanca’, tal y como las peazo de interpretaciones de “La Dama y el Vagabundo”.
Deleznable, señores. Deleznable.

6 comentarios:

ne dijo...

pues a mí la publicidad me gusta y sí va acompañada de egocentrismo más

pasen por

http://necedadesdeunduenne.blogspot.com

jaja

un besazo

nerea dijo...

quien es ne????
txusssssssssssss sigue con estas paranoias q luego descansarasssssssssss en lannzaroteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee jajajaajaj q nos vamossssssssssssssssss

TXAPA dijo...

Acabo de darme cuenta de que he puesto Ingrid Bergaman. ¿Bergaman? Parece el nombre de un actor porno.

ne dijo...

ah! claro, no me había dado cuenta
al crearme un nuevo blog y poner nombre nuevo me cambia este
pos eso soy la aguadín

un besazo a tod@s

Virginia dijo...

Os vais a Lanzarote y no avisais?? Mamones! Buenísima la reflexión, por cierto. Me sigue asaltando una duda: ¿En qué momento de la vida te paras a pensar sobre este tipo de cuestiones? Claro, el funcionariado es lo que tiene, demasiado tiempo libre.

nerea dijo...

si vir nos vamos a lanzaroteeeeeeeeeeeeeeeeeeee jajajjajajaj
tu no puedes venir q tienes q ser la estrella de las ondas. además ya te fuiste a mallorca