viernes, 24 de agosto de 2007

LA METAMORFOSIS (2ª PARTE)

Hoy os contaré porqué el EGO es un arma. Esta historia comienza como todas mis buenas historias, en una villavesa. Andaba yo sentado en el autobús, cuando entró un grupo de ejecutivos. Deduje que eran ejecutivos porque iban elegantemente vestidos y conversaban en plan negocios. Uno de ellos me llamó la atención.

Era un tipo muy, muy bajito, bizco, mal afeitado y que siempre tenía la boca abierta. Este enano iba rodeado por tres chicas con aspecto de secretarias del estilo "soy una profesional super-super preparada", que le pasaban al tío tres o cuatro cabezas cada una. De pronto, el colega se fijó en mí y, no sé porqué, me observó durante unos instantes. Ahí ya me mosqueé.

Después, el pequeño extraño dijo algo, entre sonrisas, a sus acompañantes. En ese momento, "oh, sorpresa", las tres chicas, que iban con él, me miraron. Se volvieron a girar y... ¡se echaron a reir!... Yo estaba avergonzado y no sabía porqué. Y lo más cojonudo, ese mismo gesto lo hicieron otras tres veces. Todavía no sé qué era aquello tan gracioso en lo que había reparado ese "ojo de lince", pero ya no me importa.

El otro día estuve en los vestuarios de la piscina. A las chicas os encantaría ese sitio, porque suele haber duchas con tíos en bolas y situaciones en plan "cójeme la pastilla de jabón". Bueno, el caso es que estaba yo ahí. Entonces, me encontré con él. Enfrente de mí, con su diminuta y paliducha desnudez ... ¡el bizco cabrón! Yo me detuve y él reparó en mí. Nos quedamos frente a frente, solos en el vestuario, él con su ridícula corporalidad, y yo con mi recién estrenado cuerpo de Adonis.

Lo miré con cara de "¿eres consciente de que puedo romperte el cuello y ocultar tu patético cuerpo en una taquilla?". Noté que se acojonaba y se fue. Sólo espero que, maltrecho hombrecito, te acuerdes de mí. Huye de las calles oscuras y, por supuesto, no te montes en mi villavesa.

- ¡Menuda apología del odio, Pedrito!
- No, no, Mapache, no lo has entendido. Esta historia no es sobre el odio, es sobre la superación personal.
- ... ajá... oye, otra cosa, ¿cuál es tu cantautor favorito?
- Es una mujer. Sin ninguna duda, Paulina Rubio.

THE END

2 comentarios:

nerea dijo...

jajajjjaja. george de tower!!! mu bueno josemi

ne dijo...

supérate, supérate
en un espejo de cristal
y miráte y miráte