Ey, colegillas, me llamo sir Stephen Bigbottom y hoy os presento la sección ¿CÓMO SER UN YENTELMAN?
Conmigo aprenderéis las principales normas de educación para tener una vida social aceptable y, por supuesto, ligar más. Hoy empezaremos con una lección clave:
TEMA 1. COMPORTAMIENTO EN LA MESA
Primero, repasaremos los distintos tipos de cubiertos.
TENEDOR: Tienen la forma de Bart Simson, se ponen en la izquierda.
CUCHARA: La usa el perro de los Chocapic. La cuchara se introduce en la boca por un lado y no totalmente, tomando todo su contenido de una vez. Además, si reflejas las falanges de los dedos índice y corazón en la cuchara, parece que estás viendo un culo.
CUCHILLO: Esto no se chupa, ¿vale?… emmm... perdón, es que digo “chupar” y me pongo tonto… ¿por dónde iba? Ah, sí… tampoco es educado lo de señalar con el cuchillo, ni lo de operarse la apéndice con él.
Otras cosas a evitar son lo de dar pellizquitos al pan antes de que sirvan la comida, ponerse la servilleta de babero o hacer chistes sobre negros. También, explicaremos técnicas para comer algunos alimentos:
CARNE: No deben cortarse todos los pedacitos a la vez, ¡se trata de un filete, no de lo que harías con el cadáver de tu suegra!
PESCADO: Animal con aletas que se come con tenedor. También hay unos cuchillos especiales para separar espinas y escamas.
ESPAGUETTIS: Gíralos en el sentido de las agujas del reloj. No hagas lo de la película de la dama y el vagabundo, besar a perros nunca ha sido muy ortodoxo.
¡Hasta aquí la lección del día! La próxima lección será “normas de corrección en una orgía paganista”… ¡No os la perdais!
viernes, 31 de agosto de 2007
jueves, 30 de agosto de 2007
La publicidad, ese extraño invento
En un blog compuesto en su mayoría por miembros de Comunicación Audiovisual y Periodismo, aunque abierto amistosa y diplomáticamente a la tercera escisión de la Licenciatura en Comunicación: Publicidad y Relaciones Públicas; este post puede parecerles ofensivo. Tal vez no aprecio en su medida el grado de esfuerzo y trabajo creativo que hay detrás de la creación de un anuncio. Pero seamos claro: aunque en una noticia, una película o un artículo, hayan trabajado un ejercito de profesionales de renombre; si son malos, son malos. Si son horribles, son horribles. Y si realmente son de risa, cuando su finalidad no es hacer reír, tenemos un problema.
Me gustaría hacer un histórico en los anuncios de pañales y productos de limpieza infantil. Todavía no he descubierto cuál es la razón para que un hipopótamo azul fuera la imagen que impulsaría las ventas de pañales. ¿Hay alguna razón para que identifiquemos un hipopótamo con un color tan impropio de su especie, con un mecanismo para que los niños que todavía no han aprendido a controlar sus procesos biológicos no vayan embarrando y remojando los suelos de nuestra casa, nuestra ropa recién limpiada, nuestros apreciados muebles, nuestras alfombras? ¿Al final la historia resolverá este anuncio como el primero de una larga serie de discriminaciones zoociales hacia el reino animal? La publicidad de productos infantiles están llenas de atrocidades, como un bebé de un año que mirando a cámara, hablaba sobre las increíbles propiedades del jabón Sanex con un movimiento de boca (dicen que digital) más siniestro que el del muñeco diabólico (“me deja la piel suave como el culito de un bebé”… ¡¡¡Vade retro Satanás!!! ¡¡¡Sal de él, tómame a mí!!! Bueno no… prefiero quedarme con una piel más áspera que el papel de lija que convertirme en la Semilla del diablo). [Seguiremos por este ámbito, pero otro día].
Siguiendo con las animaladas en la publicidad. Y es que los cándidos miembros de nuestra fauna se han convertido en el objetivo fácil de los anuncios. Víctimas impropias de ridiculizaciones, descalificaciones, improperios, y haciéndoles caer en una espiral de vicio y droga que acabe con su carrera profesional.
¿O no nos acordamos de ese pobre guepardo y toda su legión de criaturas a su servicio que se ponían ciegos con Schweppes? Agua con gas y un toque “salvaje” de limón. Básicamente dedicaron una campaña de años a provocar la aerofagia de leones, cocodrilos, monos, jirafas y el consabido guepardo, a base de cubatazos de gaseosa. Luego se demostraría que el metano emitido por los animales perjudicaba a la capa de ozono. Una verdad incómoda que hizo que los publicistas pasasen del “qué animales más cucos” a “los cabrones del cambio climático”.
¿O no nos acordamos de la dulce vaca que rie? Una sonrisa con más misterio que la de la Mona Lisa y que tantos ríos de tinta se ha desperdiciado en especulaciones hacia cuál puede ser el motivo para que un animal tan inexpresivo como una vaca pudiera lucir una sonrisa de oreja a oreja. Algo se comenta de un Miura que pasaba por allí, pero no tengo pruebas.
Y qué decir de las víctimas a costa de Kellogs: una adicción irremediable a los esteroides por parte de Frostie, el único tigre al que le gusta el baloncesto; a las pastillas de extasis en el caso de Smacks (¿habéis visto qué cara?); la adicción al chocolote del candido mono atleta de los Chococrispies, cuyo consumo le supuso la retirada y ruina del ámbito deportivo(peor destino tuvo el perro de Chocapic, visiblemente adicto al speed, que cada vez que se metía una sólo de sus cereales acababa alucinando y saltando hasta el cielo gritando como un poseso ‘Chocapiiiiiiiiiiiiiiiic’). El que mejor parado ha salido de toda esta historia ha sido el gallo de Cornflakes, pero a costa de un reciente cambio de imagen, para darle un look más juvenil, que ni “Cambio radical”.
Pero el último anuncio que he visto, ahí señores está el acabose. Un anuncio es machista, y se borra. Un anuncio es racista, y se borra. Un anuncio es una mierda, y la empresa rompe el contrato con la agencia de publicidad. Yo propongo que si un anuncio es zoocista, se promueva su cancelación, mediante la formación de la Asociación por la Dignidad en el Reino Animal [que luego podría escindirse en cebras unidas, una especie que es doblemente marginada, tanto por ser negras como por ser blancas… JAJAJAJAJAJA Chiste malo. Es mio, es mio]. Porque si todo comenzó con un hipopótamo que vendía pañales, sigue ahora con una rana que, a ritmo de batuka y rodeado de niños que se contonean al mismo compás, se limpia el culo con unas toallitas Candoo. ¿A dónde hemos llegado? ¿Es que no hemos aprendido nada? ¿Hemos variado nuestra cruel vertiente racista hacia una discriminación hacia los inocentes e iguales en derechos ante la ley, como son los animales, hasta el punto de denigrarles a limpiarse el culo ante una audiencia de millones, forzándole a poner una sonrisa de satisfacción y placer al restregarse la toallita entre las nalgas porque “me sé limpiar el culo solo, ¡qué limpio me lo dejo!”.
Es lo que pasa cuando el star-system de Hollywood hace creer falsamente a todos los animales que pueden llegar al éxito de “El Rey León” o ser actores clásicos, que rivalizan con Humprey Bogart e Ingrid Bergaman en ‘Casablanca’, tal y como las peazo de interpretaciones de “La Dama y el Vagabundo”.
Deleznable, señores. Deleznable.
martes, 28 de agosto de 2007
Lavado de cara para nuestro Torrego
Hola a todos. Supongo que ya os habréis dado cuenta del nuevo look de torrego, si no, tenéis un pequeño problema. He intentado reflejar los dos sitios dónde más tiempo pasamos. La cafetería de la biblioteca y la de nuestra facultad..(sí, hay que fijarse un poco) Por otro lado quería mantener el espiritu del original creado por el Maestro Josemi que tan bien lo hizo. Aun iré haciendo más cambios con el tiempo, pero de momento creo que es suficiente para ir asimilándolo. Acepto críticas, sugerencias, y problemas de visualización. Otra cosa. Si tenéis páginas web vuestras, blogs personales, fotolog, sitios interesantes para compartir...poned en los comentarios la página que es y los iré añadiendo a la barra lateral.
Larga vida a Torrego´s cofi
Larga vida a Torrego´s cofi
TORREGO'S NEWS
Os comento una cosita de la que me enterado, y que por estar su protagonista en casi perfectas condiciones me atrevo a publicar.
En la empresa donde yo trabajo lo hace también Juan Iribas, sigue tan majo como a mí me ha parecido siempre, más alto de lo que recordaba y todo el mundo le tiene mucho cariño. El otro día en fiestas de Tafalla (creo) fue corneado en la parte superior del muslo. Como he dicho está muy bien y hoy ha vuelto a trabajar. Le hicieron un buen boquete, pero sólo le ha tocado músculo, así que su yo creo que su recuperación será total.
Me ha pedido que le cuente de vuestras vidas cuando los dos tengamos un rato. Si alguien no quiere que le haga o quiere contarle él o que le cuente algo que yo no sepa, que me diga o lo que sea.
Parece que esto lo ha escrito un profesor de ciencias bastante viejito en la revista de antiguos alumnos, pero es que no se cómo escribirlo de otra manera, jajaja.
Seguro que entre Pedrito, Txapa, tangadehilo, sonia y demás lo haceis parecer menos tocho.
Un beso a todos
En la empresa donde yo trabajo lo hace también Juan Iribas, sigue tan majo como a mí me ha parecido siempre, más alto de lo que recordaba y todo el mundo le tiene mucho cariño. El otro día en fiestas de Tafalla (creo) fue corneado en la parte superior del muslo. Como he dicho está muy bien y hoy ha vuelto a trabajar. Le hicieron un buen boquete, pero sólo le ha tocado músculo, así que su yo creo que su recuperación será total.
Me ha pedido que le cuente de vuestras vidas cuando los dos tengamos un rato. Si alguien no quiere que le haga o quiere contarle él o que le cuente algo que yo no sepa, que me diga o lo que sea.
Parece que esto lo ha escrito un profesor de ciencias bastante viejito en la revista de antiguos alumnos, pero es que no se cómo escribirlo de otra manera, jajaja.
Seguro que entre Pedrito, Txapa, tangadehilo, sonia y demás lo haceis parecer menos tocho.
Un beso a todos
viernes, 24 de agosto de 2007
¡no me hables!
¿Cuántas veces nos hemos metido en una conversación que no queríamos por el simple hecho de dar conversación? Y es que la acción de ‘dar conversación’ está llena de peligros. “¿Por qué sentimos la necesidad de llenar esos vacíos para sentirnos cómodos?”, decía inteligentemente Uma Thurman en Pulp Fiction. Una gran pregunta que pasará a los anales de la historia junto con el quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos (aunque esta respuesta tiene fácil solución: antes o después, al hoyo, como todos).
Nos metemos en un ascensor con un vecino con el que no queremos saber nada. Sólo tenemos que esperar que pasen los escasos segundos hasta llegar a nuestro piso y bajarnos con un apagado y desdeñoso: “Adiós” (¿también nos sentimos obligados a decir adiós a una persona con la que ni siquiera queremos hablar?). Para completar ese silencio incómodo recurrimos al tiempo.
- Vaya frío, ¿eh?
- Si, si… Está el tiempo loco.
- Si. Ahora hace frío, luego calor, que si luego llueve…
- Si, si. Qué cosas las del tiempo.
- Claro. Como estamos en una cuenca pues nos llegan todos los frentes…
Una conversación para llenar el hueco de silencio ha servido como excusa para que nuestro vecino se postule como un versado en temas de climatología. Que si el frente que viene, que si la borrasca que se va, que si el anticiclón de las Azores… Y entre isobara e isobara, llegas a tu piso desquiciado y preguntándote cómo te has metido en este follón.
Las ganas de conversar inútilmente, amigo.
Hace sólo unos días una frase tan sencilla como “qué bien huele”, derivo en un discurso sobre el comercio al por mayor de ambientador industrial y sus ventajas, tanto de calidad como de precio, respecto al ambientador comprado en los humildes comercios minoristas… o el Caprabo mismamente. Yo con mi café de máquina recién sacado, enfriándose por momentos, aguantando el discurso estoicamente y jurándome que nunca más le diré a nadie que huele bien.
- ¿Te gusta mi perfume?
- ¡NO! ¡Hueles mal!
Me voy ha proponer vengarme de todos estos resabidos y oradores de bote con sus mismas armas. Si me preguntan la hora diré:
- Eso depende. Según nuestra colocación en el meridiano de Greenwich la hora es justamente la que marca el reloj-termómetro que tienes a tu espalda. Pero si nos atenemos al calendario lunar, la visión zen de Shaolin y a que la rotación de la Tierra sobre si misma no corresponde a 24 horas exactas, sino que tiene un margen de error de 0,7%, ello nos lleva a que al final del año, hemos acumulado un retraso de nada menos que 1 hora, 22 minutos y 47 segundos. De igual forma, los husos horarios varían según la latitud en la que nos encontremos de forma que si se encontrara en Nueva York serían 8 horas menos que ahora, y si estuviera en Nueva Zelanda sería 11 horas más. Es curioso eso del tiempo, ¿verdad? No me responda, ya sigo hablando yo… ¡No! No se vaya hombre que le sigo hablando. Venga que le cuento. Curioso decía. Mientras que en algunos países ya es mañana, en el nuestro es hoy por la tarde y en otros apenas es hoy de madrugada, ¿curioso no? ¿Cómo nos vamos a entender todos los países si cuando unos están despiertos los otros se acaban de meter en la cama? No hay forma de tener unas relaciones internacionales adecuadas con este desfase temporal. Quizá por ello todos los conflictos que hay en el mundo se vea, en gran medida, provocado, por las falta de sueño y jet lag de los miembros de la ONU…
Y seguiría así hasta que ese hombre me suplique de rodillas, bañado en lágrimas y con voz desgarrada:
- ¡¡¡Basta!!! ¡¡¡Sí, no quería saber la hora!!! ¡¡¡Me siento sólo, mi existencia es triste y quería tener un poco de conversación banal con alguien!!! ¡¡¡Pero basta, no lo volveré a hacer!!!
Y yo le diré:
- ¡Ahora no te escapas! ¡Voy a contarte de pe a pa el proceso de fermentación de la cuajada!
LA METAMORFOSIS (2ª PARTE)
Hoy os contaré porqué el EGO es un arma. Esta historia comienza como todas mis buenas historias, en una villavesa. Andaba yo sentado en el autobús, cuando entró un grupo de ejecutivos. Deduje que eran ejecutivos porque iban elegantemente vestidos y conversaban en plan negocios. Uno de ellos me llamó la atención.
Era un tipo muy, muy bajito, bizco, mal afeitado y que siempre tenía la boca abierta. Este enano iba rodeado por tres chicas con aspecto de secretarias del estilo "soy una profesional super-super preparada", que le pasaban al tío tres o cuatro cabezas cada una. De pronto, el colega se fijó en mí y, no sé porqué, me observó durante unos instantes. Ahí ya me mosqueé.
Después, el pequeño extraño dijo algo, entre sonrisas, a sus acompañantes. En ese momento, "oh, sorpresa", las tres chicas, que iban con él, me miraron. Se volvieron a girar y... ¡se echaron a reir!... Yo estaba avergonzado y no sabía porqué. Y lo más cojonudo, ese mismo gesto lo hicieron otras tres veces. Todavía no sé qué era aquello tan gracioso en lo que había reparado ese "ojo de lince", pero ya no me importa.
El otro día estuve en los vestuarios de la piscina. A las chicas os encantaría ese sitio, porque suele haber duchas con tíos en bolas y situaciones en plan "cójeme la pastilla de jabón". Bueno, el caso es que estaba yo ahí. Entonces, me encontré con él. Enfrente de mí, con su diminuta y paliducha desnudez ... ¡el bizco cabrón! Yo me detuve y él reparó en mí. Nos quedamos frente a frente, solos en el vestuario, él con su ridícula corporalidad, y yo con mi recién estrenado cuerpo de Adonis.
Lo miré con cara de "¿eres consciente de que puedo romperte el cuello y ocultar tu patético cuerpo en una taquilla?". Noté que se acojonaba y se fue. Sólo espero que, maltrecho hombrecito, te acuerdes de mí. Huye de las calles oscuras y, por supuesto, no te montes en mi villavesa.
- ¡Menuda apología del odio, Pedrito!
- No, no, Mapache, no lo has entendido. Esta historia no es sobre el odio, es sobre la superación personal.
- ... ajá... oye, otra cosa, ¿cuál es tu cantautor favorito?
- Es una mujer. Sin ninguna duda, Paulina Rubio.
THE END
Era un tipo muy, muy bajito, bizco, mal afeitado y que siempre tenía la boca abierta. Este enano iba rodeado por tres chicas con aspecto de secretarias del estilo "soy una profesional super-super preparada", que le pasaban al tío tres o cuatro cabezas cada una. De pronto, el colega se fijó en mí y, no sé porqué, me observó durante unos instantes. Ahí ya me mosqueé.
Después, el pequeño extraño dijo algo, entre sonrisas, a sus acompañantes. En ese momento, "oh, sorpresa", las tres chicas, que iban con él, me miraron. Se volvieron a girar y... ¡se echaron a reir!... Yo estaba avergonzado y no sabía porqué. Y lo más cojonudo, ese mismo gesto lo hicieron otras tres veces. Todavía no sé qué era aquello tan gracioso en lo que había reparado ese "ojo de lince", pero ya no me importa.
El otro día estuve en los vestuarios de la piscina. A las chicas os encantaría ese sitio, porque suele haber duchas con tíos en bolas y situaciones en plan "cójeme la pastilla de jabón". Bueno, el caso es que estaba yo ahí. Entonces, me encontré con él. Enfrente de mí, con su diminuta y paliducha desnudez ... ¡el bizco cabrón! Yo me detuve y él reparó en mí. Nos quedamos frente a frente, solos en el vestuario, él con su ridícula corporalidad, y yo con mi recién estrenado cuerpo de Adonis.
Lo miré con cara de "¿eres consciente de que puedo romperte el cuello y ocultar tu patético cuerpo en una taquilla?". Noté que se acojonaba y se fue. Sólo espero que, maltrecho hombrecito, te acuerdes de mí. Huye de las calles oscuras y, por supuesto, no te montes en mi villavesa.
- ¡Menuda apología del odio, Pedrito!
- No, no, Mapache, no lo has entendido. Esta historia no es sobre el odio, es sobre la superación personal.
- ... ajá... oye, otra cosa, ¿cuál es tu cantautor favorito?
- Es una mujer. Sin ninguna duda, Paulina Rubio.
THE END
miércoles, 22 de agosto de 2007
LA METAMORFOSIS (1ª PARTE)
Sé que no echabais de menos mis frikadas, pero ya he vuelto de mis vacaciones en la estación espacial. Lugar donde he meditado mucho, me he pasado el Tetris y me he tocado mucho ahí abajo... en la barriga, quiero decir. Hoy os contaré mi relato de LA METAMORFOSIS. Conocí a un gurú que decía muchas cosas interesantes, una era que "si no practicas sexo, morirás", y otra era "la gente con muchos recuerdos es muy infeliz". La segunda es cierta. La primera he comprobado que no lo es.
A los siete años, hicimos un juego un grupito de niños y niñas. Se giraba una botella (no recuerdo si lo hacía alguien, o era un espíritu del averno, convocado expresamente para la ocasión), y, si te apuntaba, tenías que besar a una chica... bueno, ya os imaginais, me tocó a mí, ¿qué ocurrió? que todas las chicas escaparon corriendo. Viéndose desprotegidos, los chicos que quedaron huyeron también, por si acaso. El caso es que yo eché a correr detrás de la que me gustaba. "Dame un besitoooooo", decía yo. La chica corría como alma que lleva el diablo y me suplicaba que la dejara libre, que tuviera piedad de ella. Al final, me pusieron la zancadilla y la chica se fugó sollozando.
Cómico, ¿verdad? claro, claro, tres años de tratamiento psicológico, qué risa. Desde entonces, ese niño tan prometedor se convirtió en un ser acomplejado, paranoide y que se refugiaba en amigos imaginarios (todavía me carteo con PAQUI, el elefante rosa). Pero eso cambió este verano, cuando he perdido una talla de pantalón, encontrándome conmigo mismo.
El gurú también me dijo: "cuando una persona mejora, también crea un entorno mejor". He descubierto que, cuando pierdes peso, no sólo eres más potencialmente sexual. En general, todo el mundo es más amable contigo. Los vecinos te saludan y tal. Y, ojo, además, tienes mejor humor, eres más paciente y comprendes mejor los idiomas, la actualidad internacional y la termodinámica. En realidad, esto no es por perder peso, sino que se debe al aumento del EGO.
- Y, ¿de qué sirve un ego incrementado, si no se utiliza?
- (palmadita en el hombro) Es un arma, amigo mapache azul.
- ... aja ... comprendo
- Y de como utilicé mi ego, hablaré en la segunda parte.
- Y, ¿qué piensas de los cantautores, Pedrito?
- Yo también me dediqué a la canción, pero no era cantautor. Era, más bien, autocantador.
A los siete años, hicimos un juego un grupito de niños y niñas. Se giraba una botella (no recuerdo si lo hacía alguien, o era un espíritu del averno, convocado expresamente para la ocasión), y, si te apuntaba, tenías que besar a una chica... bueno, ya os imaginais, me tocó a mí, ¿qué ocurrió? que todas las chicas escaparon corriendo. Viéndose desprotegidos, los chicos que quedaron huyeron también, por si acaso. El caso es que yo eché a correr detrás de la que me gustaba. "Dame un besitoooooo", decía yo. La chica corría como alma que lleva el diablo y me suplicaba que la dejara libre, que tuviera piedad de ella. Al final, me pusieron la zancadilla y la chica se fugó sollozando.
Cómico, ¿verdad? claro, claro, tres años de tratamiento psicológico, qué risa. Desde entonces, ese niño tan prometedor se convirtió en un ser acomplejado, paranoide y que se refugiaba en amigos imaginarios (todavía me carteo con PAQUI, el elefante rosa). Pero eso cambió este verano, cuando he perdido una talla de pantalón, encontrándome conmigo mismo.
El gurú también me dijo: "cuando una persona mejora, también crea un entorno mejor". He descubierto que, cuando pierdes peso, no sólo eres más potencialmente sexual. En general, todo el mundo es más amable contigo. Los vecinos te saludan y tal. Y, ojo, además, tienes mejor humor, eres más paciente y comprendes mejor los idiomas, la actualidad internacional y la termodinámica. En realidad, esto no es por perder peso, sino que se debe al aumento del EGO.
- Y, ¿de qué sirve un ego incrementado, si no se utiliza?
- (palmadita en el hombro) Es un arma, amigo mapache azul.
- ... aja ... comprendo
- Y de como utilicé mi ego, hablaré en la segunda parte.
- Y, ¿qué piensas de los cantautores, Pedrito?
- Yo también me dediqué a la canción, pero no era cantautor. Era, más bien, autocantador.
viernes, 17 de agosto de 2007
quedada...
Hola, hola, hola...
Ya veis que esto comienza a ser un asiduo para mi, el meterme en este blog para saludar o comentar..¿y qué es lo que toca esta semana? Avisaros de una nueva juntada.. Esta juntada se propone para el fin de del 28 y 29 de septiembre en madrid, de todos aquellos que estamos en madrid, pero tambien se extiende para todos aquellos que tengan ganas de venirse a visitarnos...asi que yo voy avisando por si os apetece reservaros ese fin de y animaros... MI CASA ES VUESTRA CASA...
PD: Esta imagen que adjunto es la de la película BUENAS NOCHES SEÑOR MONSTRUO, creo que un clásico en muchas de nuestras pequeñas vidas... Una vez en la uni propusimos verla un grupo de nosotras, y hasta hace poco no me hice con ella, ahora está en mis manos y le rindo tributo..jeje...
martes, 14 de agosto de 2007
amarillo legendario
“Voy a matar a Moe… ¡¡¡iiiiiiihhhhh!!!”
“Cojo un muelle… lo tiro por el retrete… y ya son 75 muelles los que he tirado por el retrete”
“Ah, ah, ah, ah… otro stand, otros stand… ah, ah ah ah… otro staaaaaaaaaaaaaand”
“Quiero mi bo-cadillo. Quiero mi bo-cadillo”
Frases que han quedado en nuestro imaginario colectivo gracias a una serie conocida como ‘Los Simpsons’.
Al hilo del estreno de ‘Los Simpsons’ en el cine, ha surgido en mí la duda de si realmente es una buena película, verdaderamanente graciosa y merecedora del éxito que ha tenido. ¿Me ha gustado la película porque soy un fan de los Simpsons? No es posible saber si me hubiera gustado de no haber visto nunca un capítulo (cosa imposible teniendo en cuenta que Antena 3 lleva desde comienzos de los 90 emitiendo ininterrumpidamente la serie hasta el punto que hay capítulos que se han repetido cerca de 20 veces en todo este tiempo, incluso más). Hay que reconocerle el éxito a una serie que, a pesar de 19 años, sigue aferrando a la gente a su sofá para ver el capitulillo de turno. No sólo eso. Es una serie que ha conseguido que veamos por vigesima vez “¿Quién ha disparado al señor Burns?”, un capítulo que nos conocemos de memoria, y que nadie haga zapping.
Es una serie que a base de años y de evolución ha creado un pueblo entero, en el que cada habitante es un personaje diferente con una personalidad propia. Moe, un barman feo (pero Feo Feo), inseguro de sí mismo, agresivo, maleducado e incapaz de tener una conversación con una mujer. Barney, un alcohólico sin remedio cuya vida gira en torno a la cerveza y que se sorprende por las pequeñas cosas de la vida (como caerse de la silla y encontrar en el suelo una galletita salada). El señor Burns, un déspota egocéntrico y huraño carcamal de edad indeterminada, que mal gobierna una central nuclear al borde de la fusión constantemente y supervisada por Homer Simpsons (quien ha salvado del Holocausto a sus vecinos con la eficaz técnica del pito pito gorgorito). Ralph, el hijo del jefe Biggum, un niño borderline, que espeta comentarios que sólo el entiende, y cuyo amigo invisible es un duende escocés que le dice que queme casas. O Krusty el payaso, un artista de la televisión infantil que odia a los niños, es alcohólico, ludópata y vende su imagen para promocionar todo tipo de productos para niños que son menos seguros que los que nos vienen de China recubiertos de pintura tóxica.
Este párrafo que he escrito demuestra hasta qué punto ha marcado en mi vida esta serie. Y es que la llevo viendo desde que era un niño, la he seguido viendo en todo mi proceso evolutivo y seguiré viéndola mientras la sigan emitiendo.
Dicen por ahí que a los críticos les ha gustado, que a la gente que no veía la serie le ha gustado, y se está convirtiendo en el taquillazo del verano. Será buena peli. No lo sé. La diferencia está en que cuando la película terminó todo el mundo se levantó del asiento y salió. Y sólo unas diez personas, entre las cuales me incluyo, nos vimos todos los créditos, disfrutando de pequeños sketches sólo para los incondicionales (dice Homer: “Ha trabajado mucha gente en esta película, y lo único que nos piden es que memoricemos sus nombres”), terminando con el himno de Springfield (que como no existe, han plagiado la melodía de la Marsellesa cantando cómo han tenido que robar la Marsellesa para tener un himno en su ciudad).
Buena o mala, normalilla o cutrecilla, la verdad es que ‘Los Simpsons’ tiene una capacidad impresionante de crear iconos que siguen teniendo fuerza años después. Y está película ha creado uno más. El Spider-cerdo.
Algún día os contaré como un 6 de julio, San Fermín, se convirtió en el día de “Quiero mi bo-cadillo”, que desvarió en la versión inglesa “I want my sándwich”. También hubo proclamas como “Perras, al club”, pero eso es otra historia.
Ahora os lanzo una iniciativa: recordar en los comentarios la mayora cantidad posible de momentos de los simpsons, los que os hayan gustado más. Aquí os he dejado ya unos cuantos ejemplos.
“Cojo un muelle… lo tiro por el retrete… y ya son 75 muelles los que he tirado por el retrete”
“Ah, ah, ah, ah… otro stand, otros stand… ah, ah ah ah… otro staaaaaaaaaaaaaand”
“Quiero mi bo-cadillo. Quiero mi bo-cadillo”
Frases que han quedado en nuestro imaginario colectivo gracias a una serie conocida como ‘Los Simpsons’.
Al hilo del estreno de ‘Los Simpsons’ en el cine, ha surgido en mí la duda de si realmente es una buena película, verdaderamanente graciosa y merecedora del éxito que ha tenido. ¿Me ha gustado la película porque soy un fan de los Simpsons? No es posible saber si me hubiera gustado de no haber visto nunca un capítulo (cosa imposible teniendo en cuenta que Antena 3 lleva desde comienzos de los 90 emitiendo ininterrumpidamente la serie hasta el punto que hay capítulos que se han repetido cerca de 20 veces en todo este tiempo, incluso más). Hay que reconocerle el éxito a una serie que, a pesar de 19 años, sigue aferrando a la gente a su sofá para ver el capitulillo de turno. No sólo eso. Es una serie que ha conseguido que veamos por vigesima vez “¿Quién ha disparado al señor Burns?”, un capítulo que nos conocemos de memoria, y que nadie haga zapping.
Es una serie que a base de años y de evolución ha creado un pueblo entero, en el que cada habitante es un personaje diferente con una personalidad propia. Moe, un barman feo (pero Feo Feo), inseguro de sí mismo, agresivo, maleducado e incapaz de tener una conversación con una mujer. Barney, un alcohólico sin remedio cuya vida gira en torno a la cerveza y que se sorprende por las pequeñas cosas de la vida (como caerse de la silla y encontrar en el suelo una galletita salada). El señor Burns, un déspota egocéntrico y huraño carcamal de edad indeterminada, que mal gobierna una central nuclear al borde de la fusión constantemente y supervisada por Homer Simpsons (quien ha salvado del Holocausto a sus vecinos con la eficaz técnica del pito pito gorgorito). Ralph, el hijo del jefe Biggum, un niño borderline, que espeta comentarios que sólo el entiende, y cuyo amigo invisible es un duende escocés que le dice que queme casas. O Krusty el payaso, un artista de la televisión infantil que odia a los niños, es alcohólico, ludópata y vende su imagen para promocionar todo tipo de productos para niños que son menos seguros que los que nos vienen de China recubiertos de pintura tóxica.
Este párrafo que he escrito demuestra hasta qué punto ha marcado en mi vida esta serie. Y es que la llevo viendo desde que era un niño, la he seguido viendo en todo mi proceso evolutivo y seguiré viéndola mientras la sigan emitiendo.
Dicen por ahí que a los críticos les ha gustado, que a la gente que no veía la serie le ha gustado, y se está convirtiendo en el taquillazo del verano. Será buena peli. No lo sé. La diferencia está en que cuando la película terminó todo el mundo se levantó del asiento y salió. Y sólo unas diez personas, entre las cuales me incluyo, nos vimos todos los créditos, disfrutando de pequeños sketches sólo para los incondicionales (dice Homer: “Ha trabajado mucha gente en esta película, y lo único que nos piden es que memoricemos sus nombres”), terminando con el himno de Springfield (que como no existe, han plagiado la melodía de la Marsellesa cantando cómo han tenido que robar la Marsellesa para tener un himno en su ciudad).
Buena o mala, normalilla o cutrecilla, la verdad es que ‘Los Simpsons’ tiene una capacidad impresionante de crear iconos que siguen teniendo fuerza años después. Y está película ha creado uno más. El Spider-cerdo.
Algún día os contaré como un 6 de julio, San Fermín, se convirtió en el día de “Quiero mi bo-cadillo”, que desvarió en la versión inglesa “I want my sándwich”. También hubo proclamas como “Perras, al club”, pero eso es otra historia.
Ahora os lanzo una iniciativa: recordar en los comentarios la mayora cantidad posible de momentos de los simpsons, los que os hayan gustado más. Aquí os he dejado ya unos cuantos ejemplos.
jueves, 9 de agosto de 2007
Cantautor o Cantamañanas
El post con el que Vir nos ha obsequiado, refleja muy bien la gran verdad de la música: no por cantar con una guitarra eres un cantautor. Ser cantautor se ha convertido en una moda: el tio de la calle con un fondo romántico que escribe poesías cantadas en "lenguaje urbano" (lo que significa mezclar unos sonetos de García Lorca con las palabras "polla", "puta", "mierda" o "coño", de la siguiente manera 'volveran las putas golondrinas, oscuras como la mierda, a tocarme la polla... ¡¡¡por tu amooooooooorrrrrr!!!').
Sin embargo, Viky ha caído en una contradicción que me gustaría señalar antes de analizar mi propia visión de los cantautores y los cantamañanas.
Dice Vir que le pareció indignante escuchar a Aute dedicar una canción al onanismo pensando en Sharon Stone. Pero, ¿no es acaso lo mismo que hace ese tal Carlos Chaouen? ¿es que por ser viejo y artista, no puede hacer una canción sobre las pajas? He estado en un concierto de Chaouen (en el que tuve que hacer serios esfuerzos para no dormirme, y no es por faltar, fue tal cual). Este hombre despeluchado cantaba canciones con la frase introductoria de: "esta la compuse cuando me cascaba una paja", "esta la compuse cuando me fumaba un porro" o la completa "esta la compuse cuando me fumaba un porro... y me cascaba una paja... ¡¡¡sirenaaaaaa!!!". ¿Esta oda al onanismo es arte y lo de Aute es indignante? Me parece que ahí ha surgido más un rechazo visceral y muy propio de las reminiscencias de la cultura judeo-cristiana que, en mayor o menor medida, ha marcado nuestras vidas, por la cual la masturbación es algo indignante. Una reacción comprensible dado que el que reconoce que se hace una paja es un hombre de sesentaitantos, y no puedes dejar de imaginarte al bueno de Aute, con las chichillas flaccidas colgando, meneandosela con fuerza (pero con cuidado, que la espalda está mal), mientras gime: ¡oh, sharon! ¡sí! ¡Dámelo, Sharon!
Vuelvo al tema. Lo que pasa es que hoy en día cualquiera que haya compuesto cuatro versos en una servilleta de papel y le haya puesto música con cuatro acordes de guitarra, se cree un cantautor. "Como el gran Sabina", diría.
Veamos. Sabina decidió dedicarse a la música. Era lo que le gustaba, rompió con todo y se dedicó a su pasión. Tocaba en la calle las canciones que le componía, porque le gustaba componer. En sus comienzos, no creo que pasara por su cabeza grabar un disco y llegar al éxito al que ha llegado, y mucho menos pienso que se alabara a sí mismo (eso sí que es onanismo), diciéndose: "de puta madre, soy un cantautor". El cantaba en bares para un público que acabó reconociéndole, y así llegó donde hoy está.
El mundo está lleno ahora de presuntuosos con guitarra, imitadores de quienes fueron cantautores y no pretendían ser cantautores, que se les llena la boca con el calificativo 'cantautor' y mucho más con 'poeta urbano'. Les encanta ponerse esa etiqueta, y no se dan cuenta de que los que realmente son cantautores no tienen la necesidad de ponerse esas etiquetas. Porque no son ellos los que han inventado el término 'poeta urbano', sino las revistas de música a la hora de definir a una cantante que se lo ha ganado.
Por eso, cuando veo a un tio con una guitarra decir: "soy un cantautor, canto a la vida y al amor, porque el amor y el desamor son los sentimientos más intensos que existen en el mundo". O por el contrario van de duros: "soy un cantautor, la vida es una mierda, he recibido mogollón de palos y lo cuento tal cual, descarnadamente, porque no me gustan los maquillajes". ¡Eres un pedante con guitarra y un look de 'tirado de la calle' muy estudiado!
Cuando escucho a Quique González, me dan ganas de decirle: "¡Superalo, tu novia te dejó hace 5 años". E Ismael Serrano sigo diciendo que es un gran imitador de Serrat. Pero se creen sus composiciones. Cantan bien y de corazón. Son cantautores. Se han ganado la etiqueta de cantautores, la hayan pedido o no. Y que no me guste su música (en el caso de Ismael Serrano si me gusta, pero más la de Serrat), no es motivo para llamarles cantamañanas.
Me reservo el calificativo de cantamañanas para los pedantes sin inspiración, para los que dicen componer poesía de la calle porque no sabe hacer cuatro versos con rima, para los cantamañanas que se hacen los cantautores pensando en un disco y una carrera musical. Para los que creen que 'cantautor' es un producto. Algo que personas como Serrat, Sabina o Aute (si Virginia, Aute, digas lo que digas) han demostrado que no es así. El producto surgió después, y es una mala réplica.
martes, 7 de agosto de 2007
No siempre cantautores
Hoy comparto con vosotros una personal crítica musical sobre la sexta edición del Festival Luna Lunera, en Sos del Rey Católico (Zaragoza). Si a alguno os interesa el mundillo festivalero os lo recomiendo, sobre todo, por lo mágico del lugar, en la antigua lonja medieval, con aforo para 450 personas y, habitualmente, un cartelazo.
Entorno perfecto, temperatura suave para respirar en el fin de semana más caluroso del año, entrada regalada (por los pocos privilegios que ofrece nuestra profesión de vez en cuando)... Pero comienza el concierto. Sonido envolvente, intimidad, interacción entre artista y público... Ángel Petisme, cantautor aragonés calienta los motores a la espera del "gran" Aute. El público silba al unísono, da palmas, entona los estribillos y yo, me sorprendo gratamente ante el que para mí era un desconocido.
Llega el momento más esperado. Solo conozco "Al alba" de Aute, pero confío en que mi gusto por los cantautores hará que disfrute de la cita. Gran error. No más cantautores porque sí, nunca mais. Una canción en inglés, otra en francés, otra dedicada a Goya, Velazquez y Dalí, y lo que es peor, una oda a las pajas que un viejo verde pellejudo como él se hace pensando en Sharon Stone ("Oh Sharon mi piedra preciosa, la pasión se derrite en mi mano cuando estoy contigo, cuando entro en tí, pero sin ti"). Repugnante. Dos canciones más y abandonamos el recinto.
Entre canción y canción, y entre sorbo y sorbo de una finísima copa de vino, no podía faltar el cúmulo de intelectualidades pedantes del rollo "como dice ese gran poeta que ni su puta madre conoce..." o "yo que aprendí a escribir en inglés antes que en castellano" o "esos genios de la pintura a los que sólo yo les canto".
Para no volver.
Lo cual me demuestra que mi pasión por los cantautores no es tal, solo cantaurotes que cantan a la vida, a lo cotidiano, a lo que está al alcance de todo el mundo, porque a todo el mundo le ocurre alguna vez, pero no al cantautor de élite que hace alarde de su gran cultura de resaca continua en un municipio que no llega a los mil habitantes.
jueves, 2 de agosto de 2007
"El PARO" - ¡¡Qué maravilla!!!
miércoles, 1 de agosto de 2007
Diálogos begins
Bueno tipos, como ya no os mando mails masivos, básicamente porque está este blog, he decidido retomar la saga de 'diálogos'. ¿Cómo se me ha ocurrido? Pues escuchando un diálogo que he querido compartir.
Os pongo en situación. 'El ala oeste de la Casa Blanca'. Una buena serie. Buena de entretenida. Buena de bien hecha. Buena de que te hace reir y también llorar. Y buena, porque hace pensar. Que hoy en día no hay muchas series que puedan decir eso. (Y si no que se lo digan al "genial" Dani 'Corso' Martín. ¡Increible interpretación!).
La sitación: el presidente (Martin Sheen) se ha reunido con locutores de programas de radio. Llega a la sala y comienza a dar un discurso, pero se traba porque está distraido. Una de las asistentes, una locutora de un programa de extrema derecha cristiana se ha quedado sentada. Y cito:
"- Me gusta su programa. Me gusta cuando dice cosas como que la homosexualidad es abominable.
- Yo no digo que la homosexualidad sea abominable, señor. Lo dice la Biblia.
- Si, cierto. En Levítico.
- 18-22
- ¡Capítulo y versículo! Quiero hacerle un par de preguntas aprovechando que está aquí. Me interesaría vender a mi hija como esclava, tal y como lo aprueba el Exodo: 21-7. Está en segundo de carrera, habla italiano fluidamente y quita la mesa cuando le toca. ¿Cuál cree que sería un buen precio? Mientras se lo piensa le haré otra pregunta. Mi jefe de gabinete, Leo McGarry, insiste en trabajar en domingo. El Éxodo dice que quien trabaje el séptimo día debe morir. ¿Estoy moralmente obligado a matarle yo mismo o debo llamar a la policía? Ahora una muy importante porque hay muchos fanáticos del deporte en la ciudad. Tocar la piel de un cerdo muerto le convierte a uno en impuro: Levítico 11-7. ¿Si prometen llevar guantes pueden los del Washington Reds seguir jugando al futbol? ¿Y los del Notredamme? ¿Y los del Westpoint? ¿Cree que debe reunirse todo el pueblo para apedrear a mi hermano John por plantar dos cosechas, una al lado de la otra? ¿Tengo que quemar a mi madre en una reunión familiar por llevar un vestido hecho de dos hilos diferentes? Piense en esas preguntas. ¡Ah, otra cosa! Puede que haya confundido esto con una de sus reuniones mensuales con estrechos de mente, pero cuando el presidente está de pié, nadie está sentado".
Ahí queda.
Las lecciones de José Luis
Hola, amigos, soy José Luis el Popero. Hoy inauguro esta sección sobre lecciones para la vida. Como este blog está frecuentado por estudiantes de Audiovisual, he decidido inaugurar mi sección con...
LA LECCIÓN 1: EL CORTO DE LOS KINO
Bien, ya sabeis a que me refiero. Afrontar el difícil proyecto de cuarto de carrera de elaborar una obra audiovisual... ¿os molan mis patillas? Cuando termine la lección, os las dejo chupar. Bueno... comencemos.
Lo importante para hacer el corto es saber qué clase de corto vamos a hacer. Actualmente, existen tres tipos.
TIPO 1: EL CORTO DRAMÁTICO
Suelen ser cortos protagonizados por señores con barba o, en su defecto, bigote. La temática suele girar en torno al vicio. Varios ejemplos:
a. Un señor con BARBA, con vicio al alcohol, monta un salón en medio del bosque.
b. Un señor con BIGOTE, con vicio al tabaco, salva a una drogadicta de una muerte segura.
c. Un señor con BARBA, con vicio al footing, va por ahí y casi le atropella un coche al final.
d. Una chica , con vicio a los "juguetitos" con la forma de la torre Effiel, se lo monta con un negro. El padre de la chica tenía BARBA.
e. ¿tenía BARBA el chico ese del corto de "las zapatillas"?... es que estaba afeitado, claro.
TIPO 2: EL CORTO DE RISA
Sus tramas son cómicas. For exampol:
a. Un tipo con un problema neuronal nervioso tiene una mano con vida propia.
b. Una señora gorda odia a su marido porque no le gustan los hombres G y, por lo tanto, no le encuentra el punto G... es que... mira que no gustarle los hombres G... es que es para matarlo, hombre.
c. Un súper héroe de barrio le monta un pollo a un funcionario nazi del INEM.
d. El chiste de "¿qué Tomás? Un vaso de vino". Un clásico del humor que nunca falla.
TIPO 3: CORTO TRAGICÓMICO
a. El de "que la suerte te acompañe, joven padagüan". Alterna momentos de risa, con momentos de llorar.
Y, no puede faltar, en los créditos del final aparecerán agradecimientos a Santi Exeverría y al Kaja Navarra. Los créditos también son el momento idóneo para poner bromas personales, como: "Martita, no te enfades, sólo lo hice una vez y fue sólo sexo". E incluso puedes poner en un recuadro las tomas falsas, como en las películas de Jacki Chan.
LA LECCIÓN 1: EL CORTO DE LOS KINO
Bien, ya sabeis a que me refiero. Afrontar el difícil proyecto de cuarto de carrera de elaborar una obra audiovisual... ¿os molan mis patillas? Cuando termine la lección, os las dejo chupar. Bueno... comencemos.
Lo importante para hacer el corto es saber qué clase de corto vamos a hacer. Actualmente, existen tres tipos.
TIPO 1: EL CORTO DRAMÁTICO
Suelen ser cortos protagonizados por señores con barba o, en su defecto, bigote. La temática suele girar en torno al vicio. Varios ejemplos:
a. Un señor con BARBA, con vicio al alcohol, monta un salón en medio del bosque.
b. Un señor con BIGOTE, con vicio al tabaco, salva a una drogadicta de una muerte segura.
c. Un señor con BARBA, con vicio al footing, va por ahí y casi le atropella un coche al final.
d. Una chica , con vicio a los "juguetitos" con la forma de la torre Effiel, se lo monta con un negro. El padre de la chica tenía BARBA.
e. ¿tenía BARBA el chico ese del corto de "las zapatillas"?... es que estaba afeitado, claro.
TIPO 2: EL CORTO DE RISA
Sus tramas son cómicas. For exampol:
a. Un tipo con un problema neuronal nervioso tiene una mano con vida propia.
b. Una señora gorda odia a su marido porque no le gustan los hombres G y, por lo tanto, no le encuentra el punto G... es que... mira que no gustarle los hombres G... es que es para matarlo, hombre.
c. Un súper héroe de barrio le monta un pollo a un funcionario nazi del INEM.
d. El chiste de "¿qué Tomás? Un vaso de vino". Un clásico del humor que nunca falla.
TIPO 3: CORTO TRAGICÓMICO
a. El de "que la suerte te acompañe, joven padagüan". Alterna momentos de risa, con momentos de llorar.
Y, no puede faltar, en los créditos del final aparecerán agradecimientos a Santi Exeverría y al Kaja Navarra. Los créditos también son el momento idóneo para poner bromas personales, como: "Martita, no te enfades, sólo lo hice una vez y fue sólo sexo". E incluso puedes poner en un recuadro las tomas falsas, como en las películas de Jacki Chan.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)