
El post con el que Vir nos ha obsequiado, refleja muy bien la gran verdad de la música: no por cantar con una guitarra eres un cantautor. Ser cantautor se ha convertido en una moda: el tio de la calle con un fondo romántico que escribe poesías cantadas en "lenguaje urbano" (lo que significa mezclar unos sonetos de García Lorca con las palabras "polla", "puta", "mierda" o "coño", de la siguiente manera 'volveran las putas golondrinas, oscuras como la mierda, a tocarme la polla... ¡¡¡por tu amooooooooorrrrrr!!!').
Sin embargo, Viky ha caído en una contradicción que me gustaría señalar antes de analizar mi propia visión de los cantautores y los cantamañanas.
Dice Vir que le pareció indignante escuchar a Aute dedicar una canción al onanismo pensando en Sharon Stone. Pero, ¿no es acaso lo mismo que hace ese tal Carlos Chaouen? ¿es que por ser viejo y artista, no puede hacer una canción sobre las pajas? He estado en un concierto de Chaouen (en el que tuve que hacer serios esfuerzos para no dormirme, y no es por faltar, fue tal cual). Este hombre despeluchado cantaba canciones con la frase introductoria de: "esta la compuse cuando me cascaba una paja", "esta la compuse cuando me fumaba un porro" o la completa "esta la compuse cuando me fumaba un porro... y me cascaba una paja... ¡¡¡sirenaaaaaa!!!". ¿Esta oda al onanismo es arte y lo de Aute es indignante? Me parece que ahí ha surgido más un rechazo visceral y muy propio de las reminiscencias de la cultura judeo-cristiana que, en mayor o menor medida, ha marcado nuestras vidas, por la cual la masturbación es algo indignante. Una reacción comprensible dado que el que reconoce que se hace una paja es un hombre de sesentaitantos, y no puedes dejar de imaginarte al bueno de Aute, con las chichillas flaccidas colgando, meneandosela con fuerza (pero con cuidado, que la espalda está mal), mientras gime: ¡oh, sharon! ¡sí! ¡Dámelo, Sharon!
Vuelvo al tema. Lo que pasa es que hoy en día cualquiera que haya compuesto cuatro versos en una servilleta de papel y le haya puesto música con cuatro acordes de guitarra, se cree un cantautor. "Como el gran Sabina", diría.
Veamos. Sabina decidió dedicarse a la música. Era lo que le gustaba, rompió con todo y se dedicó a su pasión. Tocaba en la calle las canciones que le componía, porque le gustaba componer. En sus comienzos, no creo que pasara por su cabeza grabar un disco y llegar al éxito al que ha llegado, y mucho menos pienso que se alabara a sí mismo (eso sí que es onanismo), diciéndose: "de puta madre, soy un cantautor". El cantaba en bares para un público que acabó reconociéndole, y así llegó donde hoy está.
El mundo está lleno ahora de presuntuosos con guitarra, imitadores de quienes fueron cantautores y no pretendían ser cantautores, que se les llena la boca con el calificativo 'cantautor' y mucho más con 'poeta urbano'. Les encanta ponerse esa etiqueta, y no se dan cuenta de que los que realmente son cantautores no tienen la necesidad de ponerse esas etiquetas. Porque no son ellos los que han inventado el término 'poeta urbano', sino las revistas de música a la hora de definir a una cantante que se lo ha ganado.
Por eso, cuando veo a un tio con una guitarra decir: "soy un cantautor, canto a la vida y al amor, porque el amor y el desamor son los sentimientos más intensos que existen en el mundo". O por el contrario van de duros: "soy un cantautor, la vida es una mierda, he recibido mogollón de palos y lo cuento tal cual, descarnadamente, porque no me gustan los maquillajes". ¡Eres un pedante con guitarra y un look de 'tirado de la calle' muy estudiado!
Cuando escucho a Quique González, me dan ganas de decirle: "¡Superalo, tu novia te dejó hace 5 años". E Ismael Serrano sigo diciendo que es un gran imitador de Serrat. Pero se creen sus composiciones. Cantan bien y de corazón. Son cantautores. Se han ganado la etiqueta de cantautores, la hayan pedido o no. Y que no me guste su música (en el caso de Ismael Serrano si me gusta, pero más la de Serrat), no es motivo para llamarles cantamañanas.
Me reservo el calificativo de cantamañanas para los pedantes sin inspiración, para los que dicen componer poesía de la calle porque no sabe hacer cuatro versos con rima, para los cantamañanas que se hacen los cantautores pensando en un disco y una carrera musical. Para los que creen que 'cantautor' es un producto. Algo que personas como Serrat, Sabina o Aute (si Virginia, Aute, digas lo que digas) han demostrado que no es así. El producto surgió después, y es una mala réplica.