DÍA 9. ES EL CENTRO DE GRAVEDAD PERMANENTE
Cuando montas un blog, siempre es un proyecto ilusionante. Te mantiene creativamente despierto, te da oportunidades de comunicarte con los demás, te aporta una catapulta a la fama, etc. Y luego, cuando además le metes un contador de visitas… madre mía, el blog se convierte en una obsesión.
De eso quiero hablar, de la dependencia del blog. Lo confieso, soy un adicto al blog. Da igual que escriba o no, que escriban otros o no, que visiten el blog o no. Hay que meterse en el blog, para ver quién ha entrado, para ver si alguien dice algo o, más importante aún, si algún hijodeputa anónimo se mete en tu blog y te menta a la madre (conocido como “troll” en el mundo blogger). Hay que entrar, no semanalmente, ni diariamente, no, no, ¡hay que entrar a todas horas en el blog!
La semana pasada fui consciente de mi enfermedad blogger y me dije “voy a estar una temporada sin entrar en el blog”, para ver hasta que punto soy bloggerdependiente. Pero, claro, mi experimento es un arma de doble filo: me pongo a prueba y, de paso, lo escribo en el blog. En definitiva, una imbecilidad como una casa, un experimento masoquista cuyo resultado y finalidad desconozco yo mismo, pero que voy a hacer porque me sale de los huevos. Una oportunidad para compartir emociones, reflexionar sobre el universo blog y perder el tiempo.
Bueno, como indico más arriba, estoy en el noveno día de aislamiento y ya he fallado en mi propósito de no meterme en el blog. Ahora estoy metido, y el miércoles me metí para curiosear. Con lo cual, no tiene ningún sentido todo esto. Pero, bueno, a ver si a partir de ahora lo consigo. El miércoles también me metí para comentar que no tengo móvil y, qué cojones, también porque me apetecía decir que me había enrollado con dos chicas la misma noche. Por cierto, se ve que a nadie le sorprende, porque esperaba cantidad de mensajes en plan: “Pedrito, puta máquina, no cambies” (todo blogger tiene un puntillo de vanidad, hombre).
Sólo diré que quiero que la gente escriba más. Os daré una idea y luego haced lo que queráis. Mirad a vuestra mesa, en la que estáis ahora, y plasmar el momento. Hacedle una foto tal cual está. Da igual que esté desordenada o manchada, quiero que le hagáis una foto al escritorio. Bien, una vez hecha la foto, haced un post, colgando la foto, y relatad qué es lo que dice vuestra mesa de vosotros mismos.
Sé que es un imposible, pero me gustaría que posteara todo el mundo, todos diciendo lo que os dé la gana, todos diciendo chorradas sobre qué diría vuestra mesa de vosotros si ésta hablara. Cuando llevemos cinco post, estaremos empezando a comprender LA MAGIA DEL BLOG.
Cuando montas un blog, siempre es un proyecto ilusionante. Te mantiene creativamente despierto, te da oportunidades de comunicarte con los demás, te aporta una catapulta a la fama, etc. Y luego, cuando además le metes un contador de visitas… madre mía, el blog se convierte en una obsesión.
De eso quiero hablar, de la dependencia del blog. Lo confieso, soy un adicto al blog. Da igual que escriba o no, que escriban otros o no, que visiten el blog o no. Hay que meterse en el blog, para ver quién ha entrado, para ver si alguien dice algo o, más importante aún, si algún hijodeputa anónimo se mete en tu blog y te menta a la madre (conocido como “troll” en el mundo blogger). Hay que entrar, no semanalmente, ni diariamente, no, no, ¡hay que entrar a todas horas en el blog!
La semana pasada fui consciente de mi enfermedad blogger y me dije “voy a estar una temporada sin entrar en el blog”, para ver hasta que punto soy bloggerdependiente. Pero, claro, mi experimento es un arma de doble filo: me pongo a prueba y, de paso, lo escribo en el blog. En definitiva, una imbecilidad como una casa, un experimento masoquista cuyo resultado y finalidad desconozco yo mismo, pero que voy a hacer porque me sale de los huevos. Una oportunidad para compartir emociones, reflexionar sobre el universo blog y perder el tiempo.
Bueno, como indico más arriba, estoy en el noveno día de aislamiento y ya he fallado en mi propósito de no meterme en el blog. Ahora estoy metido, y el miércoles me metí para curiosear. Con lo cual, no tiene ningún sentido todo esto. Pero, bueno, a ver si a partir de ahora lo consigo. El miércoles también me metí para comentar que no tengo móvil y, qué cojones, también porque me apetecía decir que me había enrollado con dos chicas la misma noche. Por cierto, se ve que a nadie le sorprende, porque esperaba cantidad de mensajes en plan: “Pedrito, puta máquina, no cambies” (todo blogger tiene un puntillo de vanidad, hombre).
Sólo diré que quiero que la gente escriba más. Os daré una idea y luego haced lo que queráis. Mirad a vuestra mesa, en la que estáis ahora, y plasmar el momento. Hacedle una foto tal cual está. Da igual que esté desordenada o manchada, quiero que le hagáis una foto al escritorio. Bien, una vez hecha la foto, haced un post, colgando la foto, y relatad qué es lo que dice vuestra mesa de vosotros mismos.
Sé que es un imposible, pero me gustaría que posteara todo el mundo, todos diciendo lo que os dé la gana, todos diciendo chorradas sobre qué diría vuestra mesa de vosotros si ésta hablara. Cuando llevemos cinco post, estaremos empezando a comprender LA MAGIA DEL BLOG.
2 comentarios:
Me acabo de cagar. Por qué colgais esas cosas en el torrego TV??? Qué soy hipersensible al miedo!!! Qué angustia... y eso que me han dicho que es una mierda. Claro, que me lo ha dicho una experta en miedo que ha visto todas las pelis de terror del mundo... Bueno, que prefiero los chanantes!
quiero verla
quiero ver REC ya!
joé, k ganas!
pedrito, eres una máquina, no cambies, pero deja de contarnoslo!
(k mala es la envidia)
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