CUARTA PARTE: PRIMEROS MOMENTOS
Después de aposentarnos en nuestras humildes dependencias, repartirnos las camas y, después de que Nerea decidiese voluntariamente dormir en el sofá (algo que no duraría mucho, por otra parte) además de proferir improperios varios porque no nos habían colocado tantas toallas o tantas sábanas, decidimos irnos a dar una vueltilla por las cercanías del hotel.
En el camino de la playa (Puerto del Carmen, para más info), nos asalta la duda más clásica del mundo. ¿Hacia la derecha o hacia la izquierda? Una de esas preguntas que tantas discusiones y crispaciones varias genera en el mundo. Hacia la izquierda no hay luz, bueno sí, pero muy lejos. Y hacía la derecha la luz parece más cercana. Queremos encontrar un restaurante para cenar y luego tomar algo.
Vamos hacía la derecha por indicación de la cajera del supermercado que nos proveerá en un futuro de pan bimbo, jamon de york, mucha cerveza, yogures y helados, y galletas, para que Aser pudiera desayunar (¡¡QUIERO GALLETAAAAAASSSS!! Era algo así como triki del Barrio Sésamo).
En el restaurante hacemos el gran descubrimiento de nuestro viaje a las islas: las papas arrugadas y el mojo picón. Además de la incontinencia verbal del camarero, que nos nos dejaba en paz ni un momento. "Estos es muy bonito...", "Hay mucho inglés...", "si vais hacia el norte veréis la casa de Cesar Manrique...". ¡¡BASTAAAA!! ¡Dejame comer en paz!
Pagamos y nos vamos. Todo para arriba. Andamos, andamos, andamos. No hacemos más que pasar tiendas cerradas y no se ve ningún bar. Después de media hora andando, y después de llegar al origen de la luz (un hotel), decidimos dar la vuelta e ir por el caminito de la izquierda, como la caperucita. (Luego descubririamos que, si hubieramos andado unos 10 minutos más, nos habríamos encontrado con la zona de marcha, pero en fin). Desandamos todo el camino y vamos hacia la izquierda. Donde el ambiente es igual de triste. Excepto que encontramos un bar inglés, lleno, obviamente de ingleses y donde no se hablaba el castellano por ningún lado. Aser y yo pedimos una jarra de cerveza, Nerea una piña colada. Después de escuchar los estridentes gritos del cantante de turno nos fuimos a la habitación.
- Mañana madrugamos para ir a la piscina, ¿eh? - digo yo.
- Claro que sí. A las 8 nos levantamos y vamos - dice aser.
- A mi no me importa madrugar - digo yo.
- A mi no me cuesta levantarme. Ya verás como soy el primero en despertarme.
LA PRUEBA DE QUE NO:
Al día siguiente y tras sacar a Aser de la cama, nos disponemos a irnos a la piscina. Pero el sol pega. Un sol de 12 puntos, según la tia de la agencia de viajes. Aunque nosotros solo vimos 7 u 8. De todas formas es mejor prevenir que curar, así que, con el bote de crema en ristre, todos los días nos embadurnabamos de crema protectora, y luego, nos ayudabamos mutuamente con nuestras espaldas. Una versión popular del "tu me das cremita".
Continuará...
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4 comentarios:
Jodo, pa estar de vacaciones qué mala osti lleváis... Aser con el móvil mañanero, Nerea con sus tetas GRANDES Y GORDAS y metiendo prisa, ajajajaaja!!!!
Esto prueba que al año que viene nos tenemos que apuntar más gente para hacer vídeos bucólicos (por ejemplo, uno de Jesús pidiendo croquetas a las 8 de la mañana... o de Josemi indignado porque en el bar de turno no le quieren dar agua)
Madreeee!!!!
Qué de vergüenzas van a ir saliendo por aquí...
Ya verás, ya
madre mía vaya imagenes!!!
jajajajajaja... buenísimo!
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