jueves, 13 de septiembre de 2007

La bomba es nuestra amiga


Y se abrieron los cielos, la tierra tembló y la humanidad, por fin, dejó de estorbar... por los siglos de los siglos... ¡¡CHAN CHAN!!

Esto de las Relaciones Internacionales daría para escribir más que las mil y pico páginas que Bartolozzi nos encasquetó para su asignatura (un libro que, evidentemente, no me leí). La guerra es como el monopoly, si te pasas de la raya te meto en la carcel (Convención de Ginebra), pero lo único que supone es un turno sin jugar, nada más. Y la diplomacia es como el parchis, ¡es tan fácil hacer trampas!: avanzas un par de casillas más sin que nadie se de cuenta, el objetivo es comerse al contrario y, si lo consigues, avanzas que es una barbaridad; pero sobre todo, es complicado de cojones empezar. Si en la diplomacia se pasan meses y meses debatiendo anteproyectos, creando comisiones para discutir el ante proyecto, comisiones para debatir dónde se debate el anteproyecto, comisiones para debatir dónde nos tomamos el cafecito del descanso y la cena diaria, comisiones para debatir quién paga la cuenta... Pues en el parchis hasta que no sacas un 5 no puedes salir y empezar a jugar. Y no hay forma. Tiras... 3. Tiras... 4. Tiras.. 6, vuelves a tirar... 6... vuelves a tirar... 1, mierda. Y todavía hay quien dice, "si hubieras sacado tres veces seis tendría que volver a la casilla de salida. ¡Pero si ni siquiera he salido!


Pues eso. Cuando pierdes una partida siempre tienes ganas de revancha, y el ganador siempre tiene ganas de otra partida para reirse de nuevo en la cara del perdedor. Y parece que a Rusia lo de la Guerra fría le tiene caliente, y si hace 40 años la gente se acojonaba con la bomba nuclear y el holocausto (que tantas películas ha generado: El Planeta de los Simios, Terminator...), pues ahora no va a ser menos.
Tenemos el escudo antimisiles ese, con el que Rusia ha respondido con una bomba de vacío. Que tiene la misma potencia que la nuclear, que calcina todo lo que alcanza pero que, señalan con satisfacción, respeta el medio ambiente, porque no es radioactiva. Que nos podemos masacrar los unos a los otros que, total, la gente esta insensibilizada a eso. Pero el calentamiento global es algo serio. ¡Faltaría más!
Ya me veo las noticias de la III Guerra Mundial:
"Estados Unidos ha desplegado sus tropas por Normandía, otra vez, equipados con sus nuevos trajes de camuflaje realizados con materiales no sintéticos y tinturas no tóxicas, que favorecen la renovación de la capa de ozona. Ah, y son reciclables. Bueno... que entraron por normandía con los tanques anfibios propulsados por biomasa, que produce un 60% menos de emisiones nocivas que los carburantes tradicionales, devastando todas las tropas rusas con una lluvia de balas, cuyos casquillos fueron retirados luego por una patrulla de limpieza para evitar que la fauna del lugar se los traguen y asfixien. Pobres animalillos. Acto seguido los cadaveres de los vencidos serán usados como abono orgánico en el campo de batalla que se convertirá próximamente en un parque natural. El futuro pulmón de Europa".

Hasta aquí hemos llegado. Guerra sí, pero ecológica. Es un consuelo saber que si en vez de Gernika, esta vez deciden bombardear Pamplona, al menos será por una buena causa, como es no contribuir al perjuicio del medio ambiente y dar a las futuras generaciones un planeta habitable en el que prosperar... si es que hay generaciones futuras.

2 comentarios:

ne dijo...

_O__O__O_
(= reverencia)

Sonia dijo...

Si no hay apenas comentarios a este post no será porque deje indeferente, desde luego, más me inclino a pensar que no sabemos ni qué decir.
Besico Hesú