lunes, 16 de noviembre de 2009

Palomitas con Txus


¡¡Ha vuelto!! La sección que todos estabais esperando resucitar... ha resucitado. Si te gusta ir al cine, puedes compartir o no las opiniones que vierta de las películas que vaya comentando. Si lo último que has visto en el cine es Pretty Woman porque tu eres de quedarte más en casa para ver "Sálvame...", todavía hay esperanza para tí e igual te animas a ver alguna de las que aquí se propongan (excepto para Vir, que ya veo que su gusto cinematográfico, y por extensión el de su centollo, difiere ostensiblemente del mío).
Y si más preambulos...

2012, Roland Emmerich
Entretenida, muy entretenida




No es la fecha ni de los próximos juegos olímpicos, ni del super-plan anticrisis del gobierno 'floral', ni el anuncio de las próximas elecciones generales. Despreocuparos de todos estos temas intrascendentes porque en 2012 el mundo se acaba... Y punto. Lo dicen los mayas. Así que no hagais planes.

Antes de comenzar hay que decir que Roland Emmerich, el director, el que fue también de Independence Day, Godzilla y El día de mañana, debe haber pasado una infancia muy dura que le han dejado graves secuelas psicológicas. Tal desprecio hacia la humanidad, recreandose en su destrucción peli tras peli, es de libro. Vistos los antecedentes de este tio (Independence Day me parece que tiene un comienzo genial, pero cuando acaban de arrasar las ciudades se convierte en una basura... Y el rollo final de acabar con los alienígenas con un virus informático es de juzgado de guardia); todo hacía presuponer que sería millones y millones de efectos especiales con una historia asquerosa y aburrida de fondo.

No es así. Son millones y millones de efectos especiales, con una historia bien encajada, sin ser nada del otro mundo, con el rollo pasteloso que les gusta a los americanos, pero vamos a dejarlo pasar... Aunque tiene algunos diálogos que son para enmarcar: como la niña que tiene que usar braguitas de noche y, después del fin del mundo y con miles de millones de muertos, no se le ocurre otra cosa que proclamar orgullosa "ya no mojo las braguitas".
Esto no quiere decir que sea una buena película. Ni lo pretende. Con estas cosas sólo pedimos un entretenimiento. Y lo consigue. Es muy entretenida y, a pesar de las dos horas y media, no se hacen pesadas, porque es un no parar.

Le cuesta entrar en materia y dedica más tiempo del necesario a presentar el tema (que el mundo se va a la mierda). Pero luego tira millas hacia el infinito y cuenta con algunas de las secuencias más espectaculares que he visto en el cine en muchísimo tiempo (como una huida en limusina mientras la ciudad y sus rascacielos caen a su paso). Vemos sucumbir las principales ciudades del mundo (comenzando por LA, Nueva York y Washington, como no), al abrirse enormes grietas en suelo y producirse inmensos tsunamis. Incluso, y como novedad, tiene el puntazo de ver caerse en pedazos el Vaticano (incluso, si te fijas bien, ves como han incluido el detalle del Papa metiendose el hostiazo padre desde el balcón central donde se dirigía a sus fieles).
Por otro lado, tenemos al presidentísimo de los Estados Unidos, en su papel de lider del mundo; acompañado del científico pardillín que descubre todo el pastel. De forma encubierta comienzan a planificar la salvación de los muy muy muy muy pocos que se salvarán y serán el futuro de la humanidad. Vamos, que si no eres rico, poderoso o político (guiño en el que la sala se partió el culo: entre los elegidos está el gobierno de España), lo tienes crudo para sobrevivir.

"En el momento en que dejamos de preocuparnos por la gente... en ese momento perdemos nuestra humanidad"

Esta es la frase más profunda que se le ha ocurrido al guionista para darle el mensaje sentimental y humanista de rigor a esta película de catástrofes. Porque siempre tiene que quedar un resquicio de esperanza y buenrrollismo en estas pelis. Todo el mundo muere pero los que quedan son majos y se preocupan. Aunque al principio sean unos cabrones sin escrúpulos que sólo buscan salvar su pellejo y al resto que les den. No ocupa demasiado esta parte y se agradece la ausencia de mensajes ultrapatrióticos, ni que sea el presidentísimo de los USA el salvador de la humanidad.



Esa parte se la deja, como suele ser típico en estas pelis, al perfil escritor fracasado, divorciado, mal padre y mis hijos me odian. Pero como soy tan cool consigo arrastrar a mis hijos, mi mujer y su novio guay en avioneta desde L.A. a la China. Porque, obviamente, la única manera de recuperar el amor de tus hijos es ser un superhéroe en el apocalipsis... El resto de los mortales tendrán que conformarse con un viaje a Port Aventura. Esta parte es la central en la historia. Mientras el mundo se derrumba, la familia unida huiran en avioneta y luego en avión en busca de los pseudo-barcos en los que partiran los elegidos de la humanidad (así se demuestra que una clase pormenorizada de aviación es más que suficiente y que si naces con una flor en el culo, esta no se marchita ni en la cumbre del Himalaya... donde casualmente un monje budista te recogerá en coche para cumplir la última etapa de tu trayecto a la salvación... No es coña).

Conclusión: Siendo una peli que prometía dar ganas de vomitar, no sólo resulta que no es así sino que es fácilmente digerible y da buenas dosis de entretenimiento. Si eres capaz de perdonar el desliz, más que previsible, de una historia familiar con pasteladas constantes, es una buena opción para ir al cine a ver una, calificada por padre Aser como "de no pensar".

2 comentarios:

Virginia dijo...

te has tomado en serio la resurrección, eh? a post por día, casi casi... jejeje

TXAPA dijo...

Ya si comenzáis a publicar el resto... ya sería la hostia