sábado, 14 de noviembre de 2009

La confusa comida japonesa (1)



-¡Si digo que es un barco de sushi... es un barco de sushi!- sentenció mi hermana mientras mirábamos una triste tabla de sushi por el escaparate del restaurante japonés.

Hacía tan sólo una semana había descubierto los placeres de la gastronomía del antiguo imperio oriental y se nos ocurrió "oye, pues vamos a probarlo"... Confusas y contradictorias han sido las experiencias que de aquel banquete han salido. Digamos que no me apetece 'ni el huevo' volver a ese restaurante. Lo que no significa que la comida fuese mala, destaco, pero a la hora de elegir un sitio para comer/cenar una próxima vez, no me parece una opción apetecible. Tampoco significa que la atención fuera mala, todo lo contrario, de hecho había una camarera/posible dueña de nacionalidad y raza también confusa, pero me provocaba ciertas sensaciones erotico-festivas... lo que se suele conocer como "que me daba un morbazo hormonal de la hostia" (ya abordaremos ese tema más adelante).

Ahondemos en el tema...

EL BARCO DE SUSHI

Mi experiencia previa con la comida japonesa (aparte de unos makis en Lanzarote, junto con Nerea, mientras Aser contemplaba con asco masticando un triste bocata de jamón york y queso) se limitaba a un restaurante en Ermitagaña en el que las mesas se ubican alrededor de una cinta transportadora donde un cocinero va colocando platos. Si no hay nadie, como suele ser las veces que he ido, la cosa se hace divertida y te echas unas risas. Si por el contrario hay gente, se convierte en una competición en plan "no te encapriches con ese plato de sushi-makis porque son mios tios... ¡así que ni se te ocurra cogerlos!". Un restaurante curioso este del que os hablo. La comida se parece a la japonesa aunque no lo es. Básicamente, y sin que los dueños se enteren de la afirmación que ahora hago aquí, son un grupusculo de chinos que se aprovechan de la ingenuidad local para hacerse pasar por japoneses y cobrar más por la comida. Pero centrémonos en el centro hostelero en cuestión.



Y, sí, cuando decía barco de sushi, era barco de sushi. Y, sí, nos pusimos hasta el culo.
Un barco de proa a popa cubierto de diferentes tipos de sushi. A mi el que me gusta es el conocido como 'maki', un poco de pescado rodeado de arroz y con algas. Rico rico. Pero lo del pescado y el marisco crudo, sin ser asqueroso, no acaba de ser una sensación placentera. Porque la gastronomía, lo dice Ferrán Adriá, se basa en distintos placeres: no sólo el sabor, sino también la textura y la presentación visual. Y es aquí donde la comida japonesa falla en el tema del sushi sin arroz, el pescado a palo seco. A todas luces está crudo, así que visualmente no resulta apetecible... no te entra por los ojos. En el sabor, tampoco es nada del otro mundo, la comida cruda no suele tener un sabor intenso... Es en la textura donde tengo más pegas. En el salmón, las sardinas y esas cosas no tengo ningún problema. Pero comer pulpo a lo basto, plasticoso y viscoso como es, como que no genera ningún placer culinario ni gastronómico.
En los primeros bocados no hay ningún problema, pero conforme avanza el proceso gástrico empiezas a notar que en tus interiores hay más movimiento del que debería. El pulpo crudo se ha convertido en un Kraken que bucea por los jugos gástricos en busca de alguna incauta gamba que haya huido de la dulce muerte en los acidos del aparáto digestivo, para acabar en una horrible y desagradable muerte en manos del "calamar japones de la muerte".

La comida se divide en tres tipos (si descontamos el puto arroz tres delicias... que no acabamos de descubrir de que parte de oriente es, incluso, muy probablemente sea este debate el desencadenante de la división de las dos Coreas). Están los makis, que sí me gustan, las tempuras; que sin más; y el sushi, que sin ser un alimento asqueroso no se ha convertido en un alimento del que diga "dios, me comería un plato entero de sushi ahora mismo", sino "bueno va, un poquito pero luego nos vamos a comer un bocata de txistorra".

Conclusión: la japonesa es una cultura tan respetable como cualquier otra, y se les agradece que limiten su actividad a la venta de pescado crudo y no a la venta de cervezas del Dya por un euro. Pero entre sus incontables avances a lo largo de los milenios (hay que reconocer su contribución en las ciencias, como la astronomía o las matemáticas), pero parece que todo el esfuerzo que dedicaron en elaborar un idioma imposible lo dejaron de dedicar a la cocina. Porque uno de los primeros descubrimientos del homo sapiens fue el fuego y a estos parece se la trajo floja y siguieron comiendo crudo. Siglos comiendo así han acostumbrado sus estomagos a estos alimentos, pero el nuestro no, y la descarga matutina de esta mañana lo demuestra (no me obliguéis a dar detalles). Tengo en cuenta que es la novedad y la moda, como cuando llegó el Telepizza, el chino o el McDonals... pero no nos está trayendo nada bueno. A parte de que no me fio de ellos y veo una conspiración a largo plazo para ocupar todos los continentes al estilo Blade Runner...

En próximas ediciones os comento a la camarera en cuestión y mi lucha por comer con palillos (no cogí el tenedor ni una vez... bueno una... y sólo usé las manos en tres o cuatro ocasiones).

5 comentarios:

Anónimo dijo...

os vi
fui a saludarte
y ya te habías ido

yo también pensaba comentar mi experiencia en el japo (al que suelo ir una vez al mes) para criticar la caída de la calidad del servicio

supongo que tu camarera es la rubia (que se apropió antes de tiempo de la propina que pensaba dejarle, y que al final no dejé)

si se me da autorización, peinso copiarte el tema en breve

y sino, ya tengo otro en la cabecita

torrego ha vuelto con ganas!

Aguadín

TXAPA dijo...

¿Estabas ahí? Pues no te vi, no te vayas a pensar... Y, sí, la camarera es la rubia, que hablaba de una manera extraña (como si fuera japonesa hablando castellano).

Y apuntante a la nueva moda torrego y cuenta tus experiencias con el pescado crudo... que aquí no hay que dar autorización... a escribir todo el que quiera.

¡Anarquía y cerveza fría!

Tere dijo...

Txus!! Estoy totalmente de acuerdo contigo. Me encanta el japonés, especialmente el sushi, pero no puedo con la textura del pulpo y la de las gambas crudas... (el resto sí, jajaj).
Hace un japo la próxima vez que vaya a Pamplona que no será dentro de mucho??
P.D: Japonesas rubias????? Mira que he vivido con un motón y no he visto ni una!!!

TXAPA dijo...

¿Qué has vivido con un "moton"? ¿Qué es eso? ¿Una especie de geisha japonesa? ¿Y por qué no me la presentaste? Mala amiga...
Pues si te pasas por iruña city pega un toquecillo y ya veremos si me enfrento a los terrores del pescado crudo...

Virginia dijo...

Si es qeu os lo tengo dicho.. lo peor son las texturas. Asco!!! A mi me lleváis de tapas cuando vaya, por favor...