Hoy el hijoputa quiere ofrecer un post más personal que sus anteriores. Es decir, pretendo hacer una reflexión más profunda acerca de las motivaciones que conducen a la maldad. ¿Por qué soy un hijoputa? No sabría responder a esa pregunta… me falta… ¿cómo decirlo?... perspectiva.
Sólo os diré una cosa. A veces, alguien intenta fingir lo que no es. Simplemente, por aparentarlo. Aunque sueñe con llegar a ser ese ideal, sencillamente, no lo es. A veces, un hombre debe enfrentarse consigo mismo para llegar a ser él mismo. Y, como decía aquel, es necesario que todo cambie para que vuelva a ser igual.
Las guerras del mañana no serán nucleares, ni bioquímicas, ni bacteriológicas… no, no, no. Eso te lo consigue cualquier hijo de vecino con acceso a ebay. Las guerras del mañana serán psicológicas y estarán en juego los elementos más esenciales del comportamiento humano.
Bien, tras esta reflexión, comprendo que mi papel de hijoputa ya no tiene sentido en este mundo y abandono esta sección. Confío en que, después de mí, empiecen a retirarse otros personajes como José Luis, Bigbottom, el doctor Bronxon o… ¿quién sabe lo que será del comando Torrego?
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