Así fue la semana pasada, guardias y guardias, esperas improductivas, horas extra y calor, mucho calor. Algunos expertos, incluso llevaban crema de protección solar en sus mochilas, tras sobrevivir al primer día de guardia con la calvorota colorada. Todo para no dejarnos ni una coma a la hora de escribir este guión de “Caries. Corrupción en La Muela” (el chiste no es mío, es de un compañero, que además no estuvo expuesto a la solana urbana).
Aburrimiento, sopor, idas de olla, amistades que surgen, atracciones físicas no resueltas hacia fotógrafos desaliñados de los periódicos... dio tiempo a todo. Toda una experiencia lo de vivir estos días que además pasarán a la historia como la trama de corrupción urbanística aragonesa más fuerte jamás contada.
Eso sí, a mi que no me digan que esto es vida, por mucho que paguen a los "tomatinos" que pasan la vida esperando, haciendo preguntas al aire y corriendo de lado a lado para que no se escapen sin inmortalizar su imagen o sonido, porque ni todo el oro del mundo paga esto como rutina.
Ahí dejo la reflexión.
3 comentarios:
Añado una más a mi lista de profesiones prohibidas: antes mamporrera que comercial o paparazzi...
Y esa foto fue el producto de tantas horas de espera. En "Está pasando" diría: "se vé claramente a la alcaldesa en la parte de atrás del coche saludando a la prensa". Aaaaaaaiiiiiiiihhhhhmmmm!!!! Me encanta el periodismo de investigación.
Si, bueno, la foto no es mía, es de una agencia de aquí. Y sí, es imposible saber si la que va dentro es la alcaldesa, su prima o uma camada de gorrinos
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