lunes, 15 de diciembre de 2008
Otra historia basada en un sueño paranoia
Nerviosa, ilusionada, aterrada y expectante estaba a punto de abrir la puerta a un momento crucial en su vida. Se había decidido a dar el paso definitivo, a darle la vuelta a su rutina y encomendarse a su otro yo, su complemento y su pilar, aquel chico encantador que conoció una tarde de otoño en una cafetería del centro, hace ya demasiado tiempo.
Lo conoció antes de que las noches embriagados por cantidades sorprendentes de cerveza les dejasen secuelas que podían durar días, antes de que el trabajo les privase de fines de semana sin pisar sus hogares, antes de que las cenas entre amigos se hubieran convertido en el mejor momento de la semana y luego del mes, antes de que madrugar se convirtiera en costumbre, antes de que ver amanecer dejase de ser emocionante… Todo previo a que sus vidas perdieran tantas cosas como para estar en su habitación vestida de blanco haciendo un tremendo esfuerzo para no morderse las uñas.
Se miró al espejo y una lágrima resbaló por su mejilla. Se sentía tan pequeña como en sus primeras vacaciones juntos, cuando subieron a lo más alto de la Torre Eiffel. Estaba preciosa, radiante. Aunque por dentro se arrugaba observando cómo avanzaban frenéticas las saetas del reloj de pared.
Su madre gritó desde el piso de abajo avisándola de que iba a legar tarde a la cita. Y ella, recogiendo su vestido con las manos, comenzó a correr escaleras abajo. Abrió la puerta ante la atenta mirada de todos, que no comprendían la situación. Corrió hasta el jardín, por el camino de piedras que llevaba a la puerta de salida con la velocidad de las saetas del reloj.
De repente, “¡clack!”, se le rompió un tacón. Cayó al suelo y se sentó sobre la hierba. Mientras todos se acercaban apresurados a socorrer a la novia, ella esbozaba una sonrisa liberadora. No podía hacerlo. Sus zapatos, ¡eran rojos!
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10 comentarios:
¡Mi niña piensa en boda! Aunque subconscientemente siga saboteandose.
Anotación personal: en mi caso, no creo que los amaneceres dejen de ser emocionantes.
Aunque es cierto que las cenas con los amigos son lo mejor de la semana y del mes. Y seguramente las quedadas rurales, veraniegas, aventureras, sean lo mejor del año.
Recordad todos ese documento audiovisual en el que la susodicha pregunta a Nerea si la podría casar... Esto ya es preocupante!! Fernando, corre, corre lo más aprisa que puedas y no mires atrás!!!!!!
Y...¿eso de los zapatos rojos? lo voy a consultar.
A ver, aquí dice que soñar con zapatos no adaptados a una situación determinada significa fracaso... Pero, no asustarse, porque en general son símbolo de libertad y de la pepitilla del kiwi (coño, vamos), osea que Virginia está salida y punto!!
A ver, es´tais flipaos. Quién os ha dicho que soñé con mi boda? Y aunqeu así fuera, al final hubiera salido de allí. El problema es que me metéis esas cosas en la cabeza, tengo ya dos amigos ¡de mi edad! que se casan en 2009... y eso me tortura por las noches, joder! que no hacéis más que amargarme... Y si os digo quién era el novio entenderíais por qué coría la protagonista. Era Roque, el profe-mono de Física o Química (ahora decidme que vuestro intelecto audiovisual no os perite ver esas series basura para adolescentes).
Perdonadme, tengo uno de esos días que bien conocéis...
por cierto sonia, sigues sorprendiéndome como Selene, no tienes precio!
Vir... Me suenan de algo esos sueños... Tu por lo de tus amigos no te preocupes, nos suicidamos juntas. El año pasado se casaron dos amig@s, éste tres y el que viene de momento dos... Y todos de nuestra edad (o uno menos!!!) sin contar los cuatro niños que hay de entre 3 y 10 meses... Ay!!! Por qué???!!!
1-En lo de la serie basura has acertado (pero estoy enganchada a Sin Tetas... ¿será algo inconsciente tb?)
2-Selene, Selene... (RIMA Y JUEGA FELIZ)
Y 3-¡¡¡Te falta calcio!!!!
posssssssss a mi m gusta el relatooooooooooooo y ... es fisica o quimica!!!!!!!!!
No no, Nerea, es FOQ!! jajajajaja
Y me encanta esa rima, Sonia
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