Hola niños, soy Carlo Hesú, y hoy os voy a contar la increíble historia que le ocurrió a Pedrito el sábado. Una crónica verídica que he titulado: “El depredador, la loba y el botarate”.
El sábado por la noche, de marchuqui, Pedrito se estaba dando el lote con una pava, a la que llamaremos “la loba”. Vosotros no os lo imaginais, pero yo lo vi, soy Carlo Hesú y lo veo todo… ¡Ay, Pedrito, mamón, qué afortunado eres! En fin, el caso es que ocurrió algo con lo que Pedrito no contó… apareció otro hombre.
El sábado por la noche, de marchuqui, Pedrito se estaba dando el lote con una pava, a la que llamaremos “la loba”. Vosotros no os lo imaginais, pero yo lo vi, soy Carlo Hesú y lo veo todo… ¡Ay, Pedrito, mamón, qué afortunado eres! En fin, el caso es que ocurrió algo con lo que Pedrito no contó… apareció otro hombre.
Resulta que la loba conocía a ese otro tipo. Así que dejó un poco de lado a Pedrito para saludar a su colega. La chica se alegraba mucho de ver al chaval y empezaron a hablar cordialmente. Mientras tanto, Pedrito les miraba.
En eso que la loba y el maromo empiezan a congeniar. Ella le acaricia la cara y el otro le acaricia la espalda. Pedrito miraba y comenzaba a preocuparse. Sentía como el riego sanguíneo le subía por el cuello y las sienes le empezaban a latir. Le iban a levantar la novia, así, de repente, sin venir a qué, ¿era posible?
De pronto, un individuo muuuuy borracho aparece entre la multitud y se dirige a Pedrito, que en ese momento era ya una bestia asesina en potencia:
- Eeeeeeeeee… tíiiiiiiio… ¿te han dicho alguna vez que te pareces a Pakirrín?
- …
Pedrito le clava la mirada inyectada en sangre. El individuo, cubata en mano, percibe que le ha jodido al tío equivocado en el peor momento. Pone rostro de contrariedad.
- … lo siento, tío. Era una broma. He bebido demasiado. Adios.
Y se va. Mientras, Pedrito vuelve a mirar a su ligue, que ya se estaba enrollando con el otro. Tres eran multitud, así que Pedrito se marchó a su casa, a reírse de la cara de gilipollas que se le había quedado. Sí, he dicho reírse, Pedrito no es de los que lloran, no es un medio-mierda de esos que conocéis en los chats.
Y ésta es la historia, ¿os ha gustado? Esto es para que, cuando os chuceis, no andéis tocando los cojones a tipos que igual os parten la cara. Estas cosas en el planeta Raticulín no pasan. Allá el alcohol no sube ni nada. Por cierto, a Pedrito le confundieron con Pakirrín, a mí me confunden a menudo con Carlos Santana, y también me cabrea mucho.
4 comentarios:
¿Dónde han quedado esos fines de semana? A veces, cuando leo tus posts, me siento ya leeeeejos de los años locos. ¿Cómo se puede "envejecer" tanto en tan poco tiempo?
Bela postagene!
Gracias por hacerla!
QUIEN ES DAVID SANTOS?
YO CREO Q M PERDI EL DIA EN Q LLEGO A NUESTRAS VIDAS
inquietante david santos...
Y lo de envejecer, es posible, amiga can. Pero hay que luchar contra ella continuamente. Yo lo he hecho esta semana santa. Luego estás reventada, pero merece la pena.
Paquirrín?? Buenísimo! sería por el cubata en la mano y la novia puta, tranquilo pedrito.
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