Momentazos del cine

"Sólo escribes de cine, sólo escribes de cine...". Si sólo escribo yo en este blog, acaba convirtiendose en un monográfico. He esperado una semana para ver si alguien se animaba y nada. Ha pasado el primer aniversario y nada. Ni Josemi a posteado.
Pues os jodeis, porque voy a hablar de cine. Citando al gran actor y dramaturgo: "A la mierda".

Hard Candy (2005)


Ya está a punto de llegar una película, 'Juno', que sorprendentemente ha sido nominada al Oscar a mejor largometraje. Sorprendente, digo, porque es independiente y no es algo con los que los miembros de la Academia se desagan de gozo. La historia trata de una adolescente que se queda emarazada y decide dar el niño.
La que también ha sido nominada es Ellen Page, la actriz principal, que así a bote pronto, nadie sabe muy bien quien es.



Algunos ya la teníamos fichada desde hace unos añitos cuando protagonizó 'Hard Candy', una reinterpretación de la Caperucita Roja en la cual el lobo es el que sufre las penalidades y torturas de la caperucita.
Luego vendría 'X-Men 3', pero ahí no me voy a meter (hay que comer).
En esta película, una niña de 14 años queda por chat con un madurito de treintaytantos. Huele a pedofilia y pederastia por todas partes cuando el hombre, fotografo de profesión, invita a la inocente niña a hacerse una sesión en su casa.
Pero cambian las tornas. La víctima se convierte en verdugo. La caperucita está convencido de que el lobo es un pederasta que ha violado y matado recientemente a una niña y se atribuye el papel de juez y castigador.
Adelantandose a propuestas actuales, la 'inocente niña' decide optar por la castración. Anestesiada la victima, que no hay que ser salvajes, pero con una pantalla para que el presunto pederasta vea lo que hacen con sus genitales.
Dura 9 minutos la escena pero es muy buena. Para verlo con calma y sin palomitas, porque, aunque no se ve nada, no es plato de buen gusto. Yo sufrí los nueve minutos sujetando fuertemente con mi mano mis órganos masculinos. Porque sólo un hombre puede identificarse con ese sufrimiento, aunque no lo haya padecido.