Pero allí me tenía a mí. Su retorcida imaginación, le hizo congeniar a la perfección conmigo. Juntos planeábamos realizar un cortometraje de envenenamientos y, también, pasábamos tardes enteras en mi casa jugando a videojuegos de esos de pegar tiros y cuchilladas. En fin, ¡qué amigos éramos! Claro, eso antes de que él se convirtiera en... LA BESTIA.
Porque ese día soleado, en el que yo iba paseando y enorgulleciéndome de ser quien soy, me encontré con él. No lo podía creer. Desde la última vez que lo vi, había engordado cerca de 100 kilos. Era un enorme ser que se dirigía hacia mí, haciendo retumbar la calle y lanzando miradas asesinas. A pesar de mi estupefacción, me detuve, esbozé la sonrisa que tengo ensayada para simular una agradable sorpresa y le saludé.
- Eyyyyyyyyy, ¿qué taaaaaal?
En cambio, el basilisco profirió un rugido cavernoso, que haría estremecerse al mismísimo Rambo. Y dijo:
- AUPAAAAAAAA...
Estuvimos hablando un ratillo, pero ya no era el mismo. Su ingenio se había apagado, su sentido del humor era desagradable y utilizaba jergas marginales, como la de llamar "viejos" a sus "padres". Tampoco parecía ilusionado de verme, ni se le veía una actitud positiva de su propia existencia. Finalmente, se fue. Y vi como se alejaba, retornando probablemente a una oscura gruta.
Seguramente deduje demasiado. Pero, todo esto me trastornó un poco. Yo siempre he estado seguro de que la belleza es más psicológica que física y creo que es inseparable psique y fisis. Pero, ¿el cuerpo crea a la mente? ¿o es al revés? En fin, la paranoia mental, mi eterna aliada.
1 comentario:
Me inclino a pensar que es algo así como un círculo, o la pescadilla que se muerde la cola. Lo uno, no es que lleve a lo otro, pero ayuda, ¿no?
En fin, que sigo de empalmada, y pasándome cosas surrealistas, no me apetece ni contarlas de lo cansina que estoyyyyyy
Besicos!!!!!!
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