Era un sábado por la noche, el plan pintaba muy bien. La situación era la siguiente: Pedrito llama a una chati para quedar con ella. Ésta le contesta: “Ey, muy bien, lo único que yo ahora estoy en Donosti. Pero llegaré allí por la noche y saldré. Te puedes venir con nosotras”. ¿Apuntarse a un plan con un grupo de tías? Eyeyeye… a Pedrito se le hacía el culo pepsi-cola.
Como a Pedrito le daba un poco de corte presentarse solo ante un nútrido grupo de féminas, decide llamarle al “amigo golfo”. Aquel que, siempre que planeas algo retorcido, si tiene que ver con chicas, se apuntará. Cuando Pedrito le está contando el plan, el “golfo” se vuelve escéptico. Pedrito iba a salir con un grupo de tías, eso era inconcebible. Es como si te dicen que Don Pimpóm usaba tanga, ¿me explico?
El “golfo” le dice a Pedrito: “mira, llámame cuando tengas el plan montado, y entonces me apunto”. Ok, ok, Pedrito podía contar con él. Entonces, sólo quedaba seguir tres pasos: 1. Pedrito recibe la llamada de las chatis deseosas de sexo. 2. Pedrito le llama al compinche deseoso de sexo. 3. Ambos se personan en el lugar con las hembras en celo. Ahora a Pedrito le tocaba esperar.
Llega la hora de cenar, a Pedrito no le ha llamado nadie. Se sienta en el sofá con su madre y se ponen a ver la película de “Gigante”, la de Yeims Din. Pasa el tiempo. Pedrito mira el móvil, no hay señal desde la estación central de las golfillas. De pronto, pasada la madrugada, cuando Denis Joper le comunica a su padre que se casa con una enfermera mejicana, Pedrito recibe la esperada llamada. Se va a su cuarto a hablar por el móvil.
- ¡¡¡Pedrito!!! ¿dónde estás?
- … estoy en mi casa
- ¿¿¿¿en tu casa????
- Sí, viendo la película de “Gigante”
- … ah, vale
Al rato, Pedrito vuelve a la sala de estar. Definitivamente, esa noche no iba a salir. Su madre le pregunta:
- ¿Quién te ha llamado a estas horas?
- Un grupo de mujeres borrachas con ganas de encontrar a un hombre.
- …
- Pero, no te preocupes, no voy a salir
De esta forma, la madre de Pedrito comprendió que no todo se estaba torciendo en la familia. A su hijo todavía le quedaba un poco de sentido común. Después de todo, era un chico formal. Se podía seguir confiando en él.
Como a Pedrito le daba un poco de corte presentarse solo ante un nútrido grupo de féminas, decide llamarle al “amigo golfo”. Aquel que, siempre que planeas algo retorcido, si tiene que ver con chicas, se apuntará. Cuando Pedrito le está contando el plan, el “golfo” se vuelve escéptico. Pedrito iba a salir con un grupo de tías, eso era inconcebible. Es como si te dicen que Don Pimpóm usaba tanga, ¿me explico?
El “golfo” le dice a Pedrito: “mira, llámame cuando tengas el plan montado, y entonces me apunto”. Ok, ok, Pedrito podía contar con él. Entonces, sólo quedaba seguir tres pasos: 1. Pedrito recibe la llamada de las chatis deseosas de sexo. 2. Pedrito le llama al compinche deseoso de sexo. 3. Ambos se personan en el lugar con las hembras en celo. Ahora a Pedrito le tocaba esperar.
Llega la hora de cenar, a Pedrito no le ha llamado nadie. Se sienta en el sofá con su madre y se ponen a ver la película de “Gigante”, la de Yeims Din. Pasa el tiempo. Pedrito mira el móvil, no hay señal desde la estación central de las golfillas. De pronto, pasada la madrugada, cuando Denis Joper le comunica a su padre que se casa con una enfermera mejicana, Pedrito recibe la esperada llamada. Se va a su cuarto a hablar por el móvil.
- ¡¡¡Pedrito!!! ¿dónde estás?
- … estoy en mi casa
- ¿¿¿¿en tu casa????
- Sí, viendo la película de “Gigante”
- … ah, vale
Al rato, Pedrito vuelve a la sala de estar. Definitivamente, esa noche no iba a salir. Su madre le pregunta:
- ¿Quién te ha llamado a estas horas?
- Un grupo de mujeres borrachas con ganas de encontrar a un hombre.
- …
- Pero, no te preocupes, no voy a salir
De esta forma, la madre de Pedrito comprendió que no todo se estaba torciendo en la familia. A su hijo todavía le quedaba un poco de sentido común. Después de todo, era un chico formal. Se podía seguir confiando en él.