jueves, 5 de julio de 2007

Una historia sensual

Ya que nadie publica, voy a aprovechar para contar una historia personal, a modo de relato erótico.

Me pasó hace un tiempo, cuando todavía tenía carisma. Después de varios meses de acoso, chantaje y extorsión, quedé a cenar con una chica. Ya sabeis, busca ropa limpia, échate gomina y lávate las sobaqueras.

La chica no era tan guapa como la de la foto, ni siquiera tenía una tableta de chocolate Pedro Mayo como esa. Pero después de unas copitas, a mí ya me parecía Miss Canadá. Tras la cena, fuimos a una terraza a tomar unas copas. Había por ahí un violinista y todo.

La conversación cada vez se volvía más empalagosa. Era el momento de hacer preguntas interesantes y ponerse tiernos.

- Manoli, ¿qué deseo pedirías a una estrella fugaz?

- La paz en el mundo...


- Oyoyoyoy, qué bonito

- Pedrito, ¿qué valoras en el otro sexo?

- ...la inteligencia

- Oyoyoyoy... ideal (se debía creer muy inteligente)

En eso, le hice la pregunta del millón, no debí haberla hecho.

- Manoli, si tuvieras que describirme con dos adjetivos, ¿cúales serían?

- jijijii... vale, vale... MAJO... y SIMPÁTICO.

Eso no se podía tolerar. La sangre empezó a fluir rápidamente por mi cuerpo, acumulándose en la cabeza e hinchándome las venas del cuello. Mis dientes empezaron a castañear y comenzó a salir por mi boca una espuma liquosa. Las pupilas se me ensancharon y la adrenalina que se me acumulaba en las piernas me permitió saltar como un guepardo sobre el violinista.

El músico trataba de quitárseme de encima, en vano. Yo le cogí el violín y se lo estampé en la cabeza. La gente aplaudió agradecida porque los había librado de un petardo mayúsculo. Cogí su cuerpo inconsciente y lo arrojé contra la ventana del bar, cayendo en el interior de local, entre miles de cristalitos.


El barman se mosqueó y sacó su escopeta, que apuntó hacia mí. Pero yo, antes de que disparará, le lancé el resto del violín sobre su cara. El defensivo camarero calló sobre los estantes de botellas, tirando sobre él todo el preciado material. Después, lancé mi mechero encendido a través de la barra y se prendió todo el alcohol. El bar estaba en llamas, alcé la vista al cielo y grité:

¡¡¡¡¡¡NO SOY SIMPATICOOOO!!!!!!!

5 comentarios:

Virginia dijo...

La eterna simpatía...qué putada, eh? jijiji. La verdad que después de leer el primer párrafo me he planteado si seguir´, pero el morbo me ha podido. Hay algo pero a que te digan que eres simpático... "Es un chico muy limpio", jajajaj. Por lo menos la simpatía implica que le caes bien, aunque le resultes infollable, no? (Vale, igual es muy cruel)

nerea dijo...

estoy con vir y a la vez con josemi. estoy harta q m digan q soy simpatica, pero yo voy a algo más. odio q me digan q soy una mujer maravillosaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! no tio q me digan q soy una zorra y se lien conmigo. es mas agradable

Pobre loco dijo...

ojo josemi, mucho Tarantino y cine coreano están afectando tu sensibildiad artística

Virginia dijo...

Nerea, pero es que eres maravillosa... jajajajajja

José dijo...

Yo tengo desde hace unos años la solución a esos insultos camuflados. Se han convertido en situaciones de causa - efecto. Son algo....sin venir a cuento...en cualquier momento, en un lugar indeterminado...
- Eres un sol*.
- Tu puta madre.

Está patentado pero podeis utilizarlo...siempre bajo vuestra responsabilidad.

* Aquí valen tambien: majo, muy majo, buenazo, simpático, encanto, te quiero mucho... pero como amigo, etc...a disfrutar!!!